Bíobla ar líne

Fógraí


An Bíobla ar fad Sean-Tiomna Tiomna Nua




Levítico 19:3 - Biblia Martin Nieto

Respetad a vuestros padres y guardad mis sábados: yo, el Señor, vuestro Dios.

Féach an chaibidil
Taispeáin Interlinear Bible

Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

Cada uno temerá a su madre y a su padre, y mis días de reposo guardaréis. Yo Jehová vuestro Dios.

Féach an chaibidil

Biblia Nueva Traducción Viviente

»Cada uno de ustedes tenga gran respeto por su madre y su padre, y siempre guarde mis días de descanso. Yo soy el Señor su Dios.

Féach an chaibidil

Biblia Católica (Latinoamericana)

Todos ustedes respetarán a su padre y a su madre y guardarán mis sábados. ¡Yo soy Yavé, su Dios!

Féach an chaibidil

La Biblia Textual 3a Edicion

Cada uno temerá a su madre y a su padre,° y guardaréis° mis días de reposo.° Yo, YHVH vuestro Dios.

Féach an chaibidil

Biblia Serafín de Ausejo 1975

Cada uno de vosotros respetará a su padre y a su madre; y guardaréis mis sábados. Yo, Yahveh, vuestro Dios.

Féach an chaibidil

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Cada uno temerá a su madre y a su padre, y mis sábados guardaréis: Yo soy Jehová vuestro Dios.

Féach an chaibidil
Aistriúcháin eile



Levítico 19:3
31 Tagairtí Cros  

José los retiró de las rodillas de su padre y se inclinó hasta el suelo.


Les diste a conocer tu santo sábado, les prescribiste mandamientos, preceptos y ley por medio de Moisés, tu siervo.


Grabad bien en vuestras mentes que el Señor os ha dado el descanso del sábado; por ello el día sexto os da pan para dos días. Quédese cada uno en su puesto, y que el séptimo día nadie salga de él'.


Honra a tu padre y a tu madre para que tus días se alarguen sobre la tierra que el Señor, tu Dios, te da.


Acuérdate del día del sábado para santificarlo.


El que hiera a su padre o a su madre, será condenado a muerte.


Quien maldiga a su propio padre o a su propia madre, será condenado a muerte.


Escucha, hijo mío, la instrucción de tu padre, y no rechaces la enseñanza de tu madre,


Escucha a tu padre, que te ha engendrado, y no desprecies a tu madre cuando se haga anciana.


Raza que maldice a su padre y no bendice a su madre;


El ojo que se burla de un padre y que desprecia la edad de su madre, los cuervos del torrente lo sacarán y los hijos del águila lo devorarán.


Si te guardas de profanar el sábado, de tratar tus asuntos en mi día santo; si llamas al sábado delicia, glorioso al día consagrado al Señor; si lo glorificas evitando los viajes, no tratando negocios ni arreglando asuntos,


Les di además mis sábados, como señal entre ellos y yo, para que quedase claro que soy yo, el Señor, quien los santifica.


Yo soy el Señor, vuestro Dios; vosotros debéis santificaros y ser santos, porque yo soy santo; no os contaminéis con esos bichos que se arrastran por el suelo.


A partir del quinto año podréis comer los frutos. Así el árbol os dará más. Yo, el Señor, vuestro Dios.


Guardaréis mis sábados y respetaréis mi santuario: yo, el Señor.


No consultaréis a los nigromantes ni recurriréis a los adivinos, si no queréis quedar impuros: yo, el Señor, vuestro Dios.


será para vosotros como un compatriota más, y lo amarás como a ti mismo, pues también vosotros fuisteis extranjeros en Egipto: yo, el Señor, vuestro Dios.


Durante seis días trabajaréis, pero el séptimo es sábado, día de descanso absoluto y de asamblea santa; no haréis en él trabajo alguno. Dondequiera que viváis, es día de descanso dedicado al Señor


Guardaréis mis sábados y veneraréis mi santuario: yo, el Señor.


El hijo honra a su padre, el siervo honra a su señor. Pues si yo soy padre, ¿dónde está el honor que me pertenece? Y si soy señor, ¿dónde el respeto que se me debe?, dice el Señor todopoderoso justamente a vosotros, sacerdotes, que mientras despreciáis mi nombre, todavía decís: ¿En qué hemos despreciado tu nombre?


¡Maldito el que desprecie a su padre y a su madre! Y todo el pueblo responderá: ¡Amén!


Honra a tu padre y a tu madre, como te lo ha ordenado el Señor, tu Dios; vivirás largos años y serás feliz en la tierra que te da el Señor, tu Dios.


Además, si nosotros respetábamos a nuestros padres cuando nos corregían, ¿con cuánta mayor razón debemos someternos a nuestro Padre celestial para tener la vida?