Si sus posibilidades no llegan a un cordero, presentará dos tórtolas o dos pichones, uno como holocausto y otro en sacrificio por el pecado. El sacerdote hará sobre ella el rito de absolución y quedará purificada'.
Levítico 14:30 - Biblia Martin Nieto De los dos pichones o de las dos tórtolas, según hayan sido sus posibilidades, Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Asimismo ofrecerá una de las tórtolas o uno de los palominos, según pueda. Biblia Nueva Traducción Viviente »Después el sacerdote ofrecerá las dos tórtolas o los dos pichones de paloma, según lo que la persona pueda pagar. Biblia Católica (Latinoamericana) Luego sacrificará una de las tórtolas o pichones, La Biblia Textual 3a Edicion Asimismo ofrecerá la primera de las tórtolas o de los palominos, de lo que alcance su mano. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Después, con una de las tórtolas o uno de los pichones que el oferente pudo conseguir, ofrecerá el sacerdote Biblia Reina Valera Gómez (2023) Asimismo ofrecerá una de las tórtolas, de los palominos, lo que alcanzare su mano: |
Si sus posibilidades no llegan a un cordero, presentará dos tórtolas o dos pichones, uno como holocausto y otro en sacrificio por el pecado. El sacerdote hará sobre ella el rito de absolución y quedará purificada'.
dos tórtolas o dos pichones, según sus posibilidades, uno para el sacrificio por el pecado y otro para el holocausto.
El aceite que le queda en la palma de la mano lo verterá sobre la cabeza del que se está purificando, haciendo sobre él el rito de absolución delante del Señor.
ofrecerá el uno como sacrificio por el pecado y el otro en holocausto, acompañado de ofrenda. El sacerdote hará sobre él el rito de absolución delante del Señor.
Si no está en su mano ofrecer ganado menor, presentará al Señor, como reparación por el pecado cometido, dos tórtolas o dos pichones, uno como sacrificio por el pecado y otro en holocausto.
y para ofrecer el sacrificio según lo ordenado en la ley del Señor: un par de tórtolas o dos pichones.
En efecto, lo que la ley era incapaz de hacer, debido a los bajos instintos del hombre, lo hizo Dios enviando a su propio Hijo en condición semejante a la del hombre pecador, como sacrificio por el pecado y para condenar el pecado en su misma naturaleza humana.