Bíobla ar líne

Fógraí


An Bíobla ar fad Sean-Tiomna Tiomna Nua




Jueces 3:3 - Biblia Martin Nieto

Los cinco principados filisteos, todos los cananeos, los sidonios y los hititas que habitaban la montaña del Líbano, desde la montaña de Baal Hermón hasta la entrada de Jamat.

Féach an chaibidil
Taispeáin Interlinear Bible

Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

los cinco príncipes de los filisteos, todos los cananeos, los sidonios, y los heveos que habitaban en el monte Líbano, desde el monte de Baal-hermón hasta llegar a Hamat.

Féach an chaibidil

Biblia Nueva Traducción Viviente

Estas son las naciones: los filisteos (que vivían bajo el dominio de los cinco gobernantes filisteos), todos los cananeos, los sidonios, y los heveos que vivían en las montañas del Líbano, desde el monte Baal-hermón hasta Lebo-hamat.

Féach an chaibidil

Biblia Católica (Latinoamericana)

Así fue como quedaron los cinco príncipes de los filisteos, todos los cananeos y los sidonios, y también los jeveos que viven en la montaña del Líbano, desde la montaña de Baal-Hermón hasta la Entrada de Hamat.

Féach an chaibidil

La Biblia Textual 3a Edicion

Los cinco jefes° filisteos, todos los cananeos, los sidonios, y los heveos, los cuales habitaban en la serranía del Líbano, desde el monte Baal-hermón hasta el paso de Hamat.

Féach an chaibidil

Biblia Serafín de Ausejo 1975

los cinco príncipes de los filisteos y todos los cananeos, los sidonios y los jiveos que habitan la montaña del Líbano, desde el monte Baal Hermón hasta la entrada de Jamat.

Féach an chaibidil

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Cinco príncipes de los filisteos, y todos los cananeos, y los sidonios, y los heveos que habitaban en el monte Líbano; desde el monte de Baal-hermón hasta llegar a Hamat.

Féach an chaibidil
Aistriúcháin eile



Jueces 3:3
31 Tagairtí Cros  

Zabulón habitará a lo largo del mar, en los puertos donde atracan las naves con su flanco vuelto hacia Sidón.


Fueron luego a la fortaleza de Tiro y a todas las ciudades de los heveos y de los cananeos y terminaron en el Negueb de Judá, en Berseba.


En aquella ocasión Salomón, y con él la inmensa comunidad de Israel venida desde la entrada de Jamat hasta el torrente de Egipto, celebraron la fiesta ante el Señor, Dios nuestro, durante siete días.


A los que quedaban de los amorreos, hititas, fereceos, heveos y jebuseos, no pertenecientes al pueblo de Israel,


Por el oeste: la frontera será el mar Mediterráneo hasta enfrente de la entrada de Jamat. Éste el límite oeste.


Los amalecitas ocupan la región del Negueb; los hititas, jebuseos, amorreos, la parte montañosa; los cananeos, las costas del mar y las riberas del Jordán'.


de Hor de la Montaña trazaréis otra línea hasta la entrada de Jamat, que irá a morir en Sedadá.


Levantad el campamento y dirigíos a la montaña de los amorreos y a todas sus regiones vecinas: la Arabá, la montaña, la Sefela, el Negueb, el litoral, la tierra de los cananeos, el Líbano, hasta el río grande, el Éufrates.


Los sidonios al Hermón le llaman Sarión, y los amorreos Senir).


y como ninguna ciudad había hecho las paces con los israelitas, a excepción de los heveos, que vivían en Gabaón, a todas las pasó por las armas.


al cananeo de oriente y occidente; al amorreo, al heveo, al fereceo y al jebuseo, en la montaña; al hitita, a los pies del Hermón, en el territorio de Mispá.


desde el Sijor, en la frontera de Egipto, hasta los confines de Ecrón, al norte, considerado de los cananeos; los cinco principados filisteos: el de Gaza, el de Asdod, el de Ascalón, el de Gat y el de Ecrón; al sur, los heveos;


además, el país de los guiblitas y todo el Líbano, al oriente, desde Baal Gad, a los pies del monte Hermón, hasta la entrada de Jamat.


Abdón, Rejob, Jamón y Caná, hasta Sidón la Grande;


Los israelitas contestaron a los hititas: '¡A lo mejor vivís cerca de nosotros!; ¿cómo podremos hacer un pacto con vosotros?'.


los sidonios, amalecitas y madianitas os oprimían y clamasteis a mí, ¿no os salvé yo de su mano?


La ira del Señor se encendió contra ellos y los entregó en manos de los filisteos y de los amonitas.


Sus padres no sabían que lo había dispuesto así el Señor, el cual buscaba un pretexto para atacar a los filisteos, que, por entonces, oprimían a Israel.


De allí los cinco hombres se fueron a Lais. Vieron que las gentes de esta ciudad vivían seguros, a la manera de los sidonios, tranquilos y pacíficos, y que nada les faltaba de cuanto produce la tierra; además estaban lejos de los sidonios y sin relación alguna con los arameos.


(fue únicamente para instruir en el arte de la guerra a los que no habían conocido las guerras de antes).


y el Señor los entregó en manos de Yabín, rey de Canaán, que reinaba en Jasor, y cuyo jefe militar era Sísara, que vivía en Jaróset Goyín.


Los filisteos se reunieron para luchar contra Israel con tres mil carros, seis mil jinetes y un ejército tan numeroso como la arena de la ribera del mar. Subieron y acamparon en Micmás, al oriente de Bet Avén.


Los jefes de los filisteos avanzaban a la cabeza de centurias y millares, y David y sus hombres avanzaban en la retaguardia con Aquís.


Los cinco jefes filisteos, después de ver aquello, se volvieron aquel mismo día a Ecrón.


El número de las ratas de oro era igual al de las ciudades de los cinco jefes filisteos, tanto de las ciudades fortificadas como de las ciudades desguarnecidas. La piedra grande sobre la que pusieron el arca del Señor existe todavía hoy en el campo de Josué, el de Bet Semes, como testigo.


Ellos preguntaron: '¿Cuál debe ser esa ofrenda de reconciliación?'. Respondieron: 'Cinco tumores de oro y cinco ratas de oro, una por cada jefe filisteo, porque la plaga fue la misma para vosotros y para vuestros jefes.