Después obligó a los discípulos a que se embarcaran y se le adelantaran rumbo a la otra orilla, mientras él despedía a la gente.
Juan 6:22 - Biblia Martin Nieto Al día siguiente la gente, que se había quedado a la otra parte del lago, notó que allí había sólo una barca y que Jesús no había subido a ella con sus discípulos, pues éstos se habían ido solos. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 El día siguiente, la gente que estaba al otro lado del mar vio que no había habido allí más que una sola barca, y que Jesús no había entrado en ella con sus discípulos, sino que estos se habían ido solos. Biblia Nueva Traducción Viviente Al día siguiente, la multitud que se había quedado en la otra orilla del lago se dio cuenta de que los discípulos habían tomado la única barca y que Jesús no había ido con ellos. Biblia Católica (Latinoamericana) Al día siguiente, la gente que se había quedado al otro lado del lago se dio cuenta que allí no había habido más que una barca y que Jesús no había subido con sus discípulos en la barca, sino que éstos se habían ido solos. La Biblia Textual 3a Edicion Al día siguiente, la multitud que se había quedado al otro lado del mar vio que no había allí sino una barca, y que Jesús no había entrado con sus discípulos en la barca, sino que sus discípulos se habían ido solos. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Al día siguiente, la multitud, que se había quedado al otro lado del mar, se dio cuenta de que allí no había habido más que una barca y que Jesús no se había embarcado en ella con sus discípulos, sino que los discípulos se habían ido solos. Biblia Reina Valera Gómez (2023) El día siguiente, cuando la gente que estaba al otro lado del mar vio que no había otra barca sino aquella en la que habían entrado sus discípulos, y que Jesús no había entrado con sus discípulos en la barca, sino que sus discípulos se habían ido solos. |
Después obligó a los discípulos a que se embarcaran y se le adelantaran rumbo a la otra orilla, mientras él despedía a la gente.
Después obligó a sus discípulos a que se embarcaran y se le adelantaran rumbo a Betsaida, mientras él despedía a la gente.
La gente lo seguía, porque veían los prodigios que hacía con los enfermos.