Luego mandó a los médicos que estaban a sus órdenes que embalsamaran a su padre.
Juan 19:39 - Biblia Martin Nieto Llegó también Nicodemo, aquel que anteriormente había estado con él por la noche, con unas cien libras de una mezcla de mirra y de áloe. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 También Nicodemo, el que antes había visitado a Jesús de noche, vino trayendo un compuesto de mirra y de áloes, como cien libras. Biblia Nueva Traducción Viviente Lo acompañó Nicodemo, el hombre que había ido a ver a Jesús de noche. Llevó consigo unos treinta y tres kilos de ungüento perfumado, una mezcla de mirra y áloe. Biblia Católica (Latinoamericana) También fue Nicodemo, el que había ido de noche a ver a Jesús, llevando unas cien libras de mirra perfumada y áloe. La Biblia Textual 3a Edicion También había ido Nicodemo (el que al principio acudió a Él de noche°), llevando una mezcla de mirra y áloe como de cien libras. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Llegó también Nicodemo, aquel que al principio fue a buscar a Jesús de noche, con una mezcla de mirra y áloe como de unas cien libras de peso. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y vino también Nicodemo, el que antes había venido a Jesús de noche, trayendo un compuesto de mirra y de áloe, como cien libras. |
Luego mandó a los médicos que estaban a sus órdenes que embalsamaran a su padre.
Fue enterrado en el sepulcro que se había mandado hacer en la ciudad de David.
Amas la justicia y odias la iniquidad, por eso Dios, tu Dios, te ha ungido con óleo de alegría con preferencia a tus compañeros.
nardo y azafrán, canela y cinamomo, con toda clase de árboles de incienso, mirra y áloe con los bálsamos más finos. Ella:
Mientras sopla la brisa del día y las sombras se desvanecen, iré al monte de la mirra, a la colina del incienso.
No romperá la caña cascada y no apagará la mecha humeante hasta que haga triunfar la justicia.
Entraron en la casa y vieron al niño con María, su madre; se pusieron de rodillas y lo adoraron; abrieron sus tesoros y le ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra.
Pasado el sábado, María Magdalena, María la madre de Santiago y Salomé compraron perfumes para ir a embalsamarlo.
María, por su parte, tomó una libra de perfume de nardo puro, de gran precio, y ungió los pies de Jesús, enjugándolos luego con sus cabellos, por lo que la casa se llenó del olor del perfume.