Jesús, sabiendo que el Padre había puesto en sus manos todas las cosas, que había salido de Dios y que a Dios volvía,
Juan 16:5 - Biblia Martin Nieto 'Ahora vuelvo al que me envió, y ninguno de vosotros me pregunta: ¿A dónde vas?, Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Pero ahora voy al que me envió; y ninguno de vosotros me pregunta: ¿A dónde vas? Biblia Nueva Traducción Viviente »Ahora voy a aquel que me envió, y ninguno de ustedes me pregunta adónde voy. Biblia Católica (Latinoamericana) Pero ahora me voy donde Aquel que me envió, y ninguno de ustedes me pregunta adónde voy. La Biblia Textual 3a Edicion Pero ahora voy al que me envió, y ninguno de vosotros me pregunta:° ¿A dónde vas? Biblia Serafín de Ausejo 1975 'Ahora me voy al que me ha enviado y ninguno de vosotros me pregunta; '¿Adónde vas?'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Mas ahora voy al que me envió; y ninguno de vosotros me pregunta: ¿A dónde vas? |
Jesús, sabiendo que el Padre había puesto en sus manos todas las cosas, que había salido de Dios y que a Dios volvía,
Simón Pedro le preguntó: 'Señor, ¿a dónde vas?'. Jesús respondió: 'Adonde yo voy, no puedes seguirme ahora; me seguirás más tarde'.
Ya sabéis lo que os he dicho: Me voy, pero volveré a estar con vosotros. Si me amáis, os alegraréis de que me vaya al Padre, porque el Padre es mayor que yo.
Entonces algunos discípulos se preguntaban: '¿Qué es lo que dice: Un poco, y no me veréis; y otro poco, y me veréis, y: Me voy al Padre?'.
'Salí del Padre y vine al mundo; de nuevo dejo el mundo y vuelvo al Padre'.
Pero ahora voy a ti, y digo estas cosas cuando todavía estoy en el mundo para que tengan la plenitud de mi alegría.
Yo te he glorificado en la tierra, llevando a término la obra que me encomendaste.
Jesús les dijo: 'Por un poco de tiempo estaré aún con vosotros; luego volveré al que me envió.
Él, que es el resplandor de su gloria y la impronta de su ser, sostiene todas las cosas con su palabra poderosa, y, una vez que realizó la purificación de los pecados, se sentó a la derecha de la Majestad en lo más alto del cielo,
fijando nuestra mirada en Jesús, el autor y consumador de la fe, quien, para obtener la gloria que se le proponía, soportó la cruz, aceptando valientemente la ignominia, y está sentado a la diestra del trono de Dios.