Pues el Señor todopoderoso, que te había plantado, ha decretado contra ti la desgracia a causa de las iniquidades cometidas por la casa de Israel y la casa de Judá, que me han irritado quemando incienso a Baal'.
Jeremías 40:2 - Biblia Martin Nieto El jefe de la escolta tomó aparte a Jeremías y le dijo: 'El Señor, tu Dios, había anunciado la presente desgracia sobre este lugar Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Tomó, pues, el capitán de la guardia a Jeremías y le dijo: Jehová tu Dios habló este mal contra este lugar; Biblia Nueva Traducción Viviente El capitán de la guardia mandó llamar a Jeremías y le dijo: «El Señor tu Dios trajo desastre a esta tierra Biblia Católica (Latinoamericana) En efecto, el comandante de la guardia tomó aparte a Jeremías y le dijo: 'Yavé, tu Dios, había predicho esta catástrofe para este país y lo ha cumplido. Yavé ha actuado de acuerdo a sus amenazas. La Biblia Textual 3a Edicion Y el capitán de la guardia apartó a Jeremías y le dijo: YHVH tu Dios habló este mal contra este lugar, Biblia Serafín de Ausejo 1975 El jefe de la escolta tomó a Jeremías y le dijo: 'Yahveh, tu Dios, había predicho esta desgracia contra este lugar. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Tomó pues, el capitán de la guardia a Jeremías, y le dijo: Jehová tu Dios habló este mal contra este lugar; |
Pues el Señor todopoderoso, que te había plantado, ha decretado contra ti la desgracia a causa de las iniquidades cometidas por la casa de Israel y la casa de Judá, que me han irritado quemando incienso a Baal'.
Todo el que lo encontraba lo devoraba, y sus enemigos decían: 'En esto no hacemos ningún mal, porque han pecado contra el Señor, sede de la justicia, esperanza de sus padres'.
Sin embargo, Nebuzardán, jefe de la escolta, dejó parte de los pobres del país como viñadores y agricultores.
'Pero si no me obedecéis y no ponéis en práctica todos mis mandamientos;
Pero si no obedeces al Señor, tu Dios, y no pones en práctica todos sus mandamientos y todas sus leyes que yo te prescribo hoy, vendrán sobre ti y te alcanzarán las maldiciones siguientes:
Pero aquel día montaré en cólera contra él, lo abandonaré y me esconderé de él. Un cúmulo de males y desgracias lo asaltará para devorarlo. Entonces dirá: Mi Dios ya no está conmigo; por eso me ocurren estas desgracias.