Yehoyadá selló un pacto entre el Señor, el rey y el pueblo, por el cual se comprometían a ser el pueblo del Señor.
Jeremías 34:8 - Biblia Martin Nieto Palabra dirigida a Jeremías de parte del Señor, después que el rey Sedecías contrajo con todo el pueblo de Jerusalén un compromiso para proclamar una manumisión: Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Palabra de Jehová que vino a Jeremías, después que Sedequías hizo pacto con todo el pueblo en Jerusalén para promulgarles libertad; Biblia Nueva Traducción Viviente Jeremías recibió este mensaje del Señor luego que el rey Sedequías hizo un pacto con el pueblo que proclamó la libertad de los esclavos. Biblia Católica (Latinoamericana) Palabras que Yavé dirigió a Jeremías con respecto a la liberación de los esclavos.
El rey Sedecías de acuerdo con el pueblo de Jerusalén, había proclamado solemnemente una liberación, La Biblia Textual 3a Edicion Oráculo de YHVH que recibió Jeremías, después que Sedequías pactó con el pueblo en Jerusalem para promulgar una remisión, Biblia Serafín de Ausejo 1975 Palabra que le fue dirigida a Jeremías de parte de Yahveh, después del acuerdo concluido por el rey Sedecías con todo el pueblo que había en Jerusalén para proclamar ante ellos una manumisión, Biblia Reina Valera Gómez (2023) Esta es la palabra que vino a Jeremías de parte de Jehová, después que Sedequías hizo pacto con todo el pueblo en Jerusalén, para proclamarles libertad: |
Yehoyadá selló un pacto entre el Señor, el rey y el pueblo, por el cual se comprometían a ser el pueblo del Señor.
Yehoyadá selló un pacto entre el Señor, el pueblo y el rey, por el cual se comprometían a ser el pueblo del Señor.
Yo quiero hacer un pacto con el Señor para que aparte su ira de nosotros.
¿No sabéis cuál es el ayuno que me agrada? Abrir las prisiones injustas, soltar las coyundas del yugo, dejar libres a los oprimidos, romper todos los yugos;
El espíritu del Señor Dios está en mí, porque el Señor me ha ungido. Me ha enviado a llevar la buena nueva a los pobres, a curar los corazones oprimidos, a anunciar la libertad a los cautivos, la liberación a los presos;
Por tanto, esto dice el Señor: Vosotros no me habéis escuchado, concediendo cada uno la libertad a su propio hermano, a su prójimo. Pues bien, yo también - dice el Señor- voy a proclamar contra vosotros la libertad de la espada, la peste y el hambre. Os convertiré en objeto de horror para todos los reinos de la tierra.
Declararéis santo el año cincuenta y proclamaréis la liberación a todos los habitantes de la tierra. Será para vosotros año jubilar; cada uno de vosotros recobrará su propiedad y retornará a su familia.
Si un hermano tuyo, hebreo o hebrea, se vende a ti, te servirá seis años. El séptimo le dejarás libe;