Suplicó al Señor, y el Señor lo atendió, escuchó su oración y lo reintegró a su reino de Jerusalén. Manasés reconoció que el Señor era el auténtico Dios.
Jeremías 29:12 - Biblia Martin Nieto Entonces, cuando me invoquéis y me dirijáis vuestras súplicas, yo os escucharé. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Entonces me invocaréis, y vendréis y oraréis a mí, y yo os oiré; Biblia Nueva Traducción Viviente En esos días, cuando oren, los escucharé. Biblia Católica (Latinoamericana) Cuando me invoquen y vengan a suplicarme, yo los escucharé;' La Biblia Textual 3a Edicion Entonces me invocaréis, y vendréis y oraréis a mí, y Yo os escucharé. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Entonces, cuando me invoquéis y vengáis a suplicarme, os escucharé; Biblia Reina Valera Gómez (2023) Entonces me invocaréis, y vendréis y oraréis a mí, y yo os oiré; |
Suplicó al Señor, y el Señor lo atendió, escuchó su oración y lo reintegró a su reino de Jerusalén. Manasés reconoció que el Señor era el auténtico Dios.
si se convierten a ti con todo su corazón y con toda su alma en la tierra de su cautividad, a la que han sido deportados; si rezan, vueltos hacia la tierra que diste a sus padres, hacia el templo que yo he construido a tu nombre,
Tú escuchas, Señor, el deseo de los pobres; su corazón confortas, les tiendes tus oídos
invócame cuando estés angustiado; yo te libraré y tú deberás glorificarme'.
Señor, en la angustia te buscábamos; te hemos invocado mientras tu castigo nos hería.
Sí, pueblo de Sión que habitas en Jerusalén, no llorarás más: él te dará su gracia, atento a tus gritos de súplica; en cuanto lo oiga, te responderá.
Incluso antes de que llamen yo responderé, y estando aún hablando serán escuchados.
Entre lágrimas habían partido, entre consuelos los devuelvo junto a los arroyos de las aguas, por un camino llano, donde no dan traspiés. Pues soy un padre para Israel, Efraín es mi primogénito.
Llámame y te responderé, te comunicaré cosas grandes y ocultas, que tú desconoces.
En aquellos días, en el tiempo aquel -dice el Señor-, israelitas y judíos vendrán juntos; harán su camino llorando en busca del Señor, su Dios.
Vosotros, los escapados de la espada, salid, no os detengáis. Invocad al Señor en esta tierra lejana y acordaos de Jerusalén.
Esto dice el Señor Dios: Aún me dejaré aplacar por la casa de Israel, los multiplicaré como un rebaño humano,
Efraín..., ¿qué tengo yo que ver con los ídolos? Yo lo atenderé y lo protegeré. Yo soy como un pino siempre verde; de mí procede todo fruto.
Y haré pasar por el fuego a esta tercera parte: la purificaré como se purifica la plata, y la probaré como se prueba el oro. Él invocará mi nombre, y yo le escucharé; yo diré: 'Éste es mi pueblo', y él dirá: 'El Señor es mi Dios'.