cuando Jezabel exterminó a los profetas del Señor, Abdías recogió a cien profetas y los ocultó en grupos de cincuenta en unas cuevas, proveyéndoles de pan y agua.
Jeremías 26:24 - Biblia Martin Nieto En cuanto a Jeremías, fue protegido por Ajicán, hijo de Safán, y así no fue entregado en manos del pueblo para darle muerte. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Pero la mano de Ahicam hijo de Safán estaba a favor de Jeremías, para que no lo entregasen en las manos del pueblo para matarlo. Biblia Nueva Traducción Viviente No obstante, Ahicam, hijo de Safán, respaldó a Jeremías y persuadió al tribunal de no entregarlo a la multitud para que lo matara. Biblia Católica (Latinoamericana) En cuanto a Jeremías, gozaba del favor de Ajigam, hijo de Safán; por eso, no cayó en manos del pueblo que quería matarlo. La Biblia Textual 3a Edicion Entonces Ahicam ben Safán, se hizo cargo de Jeremías, a fin de que no lo entregaran para que fuera ejecutado a manos del pueblo. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Sin embargo, la mano de Ajicán, hijo de Safán, veló por Jeremías, para que no fuera entregado en manos del pueblo y le dieran muerte. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Pero la mano de Ahicam, hijo de Safán, era con Jeremías, para que no lo entregasen en las manos del pueblo para matarlo. |
cuando Jezabel exterminó a los profetas del Señor, Abdías recogió a cien profetas y los ocultó en grupos de cincuenta en unas cuevas, proveyéndoles de pan y agua.
Nabucodonosor, rey de Babilonia, puso al frente del pueblo que quedó en Judá a Godolías, hijo de Ajicán, hijo de Safán.
y ordenó a Jelcías, a Ajicán, hijo de Safán, a Abdón, hijo de Miqueas, a Safán, el secretario, y a Asayas, cortesano del rey:
La carta fue llevada por Elasa, hijo de Safán, y Gamarías, hijo de Jelcías, a quienes Sedecías, rey de Judá, había enviado a Babilonia, donde Nabucodonosor, rey de Babilonia. Decía:
Entonces Baruc leyó en el libro las palabras de Jeremías. Era en el templo del Señor, en la sala de Gamarías, hijo del secretario Safán, en el vestíbulo superior, a la entrada de la puerta nueva del templo del Señor. Todo el pueblo podía oír.
En cuanto Miqueas, hijo de Gamarías, hijo de Safán, oyó todas las palabras del Señor escritas en el libro,
bajó al palacio real, a la sala del secretario, donde estaban reunidos en sesión todos los dignatarios: Elisamá, el secretario; Delayas, hijo de Semayas; Elnatán, hijo de Acbor; Gamarías, hijo de Safán; Sedecías, hijo de Ananías, y todos los demás dignatarios.
Entonces los dignatarios dijeron a Baruc: 'Ve y escóndete, con Jeremías: que nadie sepa dónde estáis'.
Luego el rey ordenó al príncipe Yeragmeel, a Serayas, hijo de Azriel, y a Selemías, hijo de Abdeel, prender a Baruc, el secretario, y a Jeremías, el profeta. Pero el Señor los había escondido.
mandaron sacar a Jeremías del patio de la guardia y lo entregaron a Godolías, hijo de Ajicán, hijo de Safán, para que lo llevase a su casa. Y así se quedó en medio del pueblo.
Y setenta hombres de los ancianos de la casa de Israel, entre los cuales se encontraba Jazanías, hijo de Safán, estaban de pie ante aquéllos, cada uno con su incensario en la mano, del cual subía el perfume del incienso.
Como la discordia crecía cada vez más, el comandante, temiendo que despedazaran a Pablo, ordenó que bajara la tropa, que lo sacaran de allí y que lo llevaran a la fortaleza.
Pero el oficial, queriendo salvar a Pablo, se lo impidió, y ordenó que los que supieran nadar se echasen al agua los primeros y saliesen a tierra,
Pero la tierra vino en ayuda de la mujer, abrió su boca y se tragó el río que el dragón había arrojado de su boca.