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Jeremías 26:11 - Biblia Martin Nieto

Los sacerdotes y los profetas dijeron a los magistrados y a todo el pueblo: 'Este hombre debe ser condenado a muerte porque ha profetizado contra la ciudad, como habéis escuchado con vuestros propios oídos'.

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Biblia Reina Valera 1960

Entonces hablaron los sacerdotes y los profetas a los príncipes y a todo el pueblo, diciendo: En pena de muerte ha incurrido este hombre; porque profetizó contra esta ciudad, como vosotros habéis oído con vuestros oídos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Los sacerdotes y los profetas presentaron sus acusaciones a los funcionarios y al pueblo. «¡Este hombre debe morir! —dijeron—. Ustedes han escuchado con sus propios oídos lo traidor que es, porque ha profetizado contra esta ciudad».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Los sacerdotes y los profetas dijeron a los jefes y a todo el pueblo: 'Este hombre merece la muerte porque ha hablado de parte de Yavé contra esta ciudad, como ustedes mismos lo han escuchado.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Entonces los sacerdotes y los profetas hablaron a los príncipes y a todo el pueblo, diciendo: ¡Este hombre es digno de muerte, porque ha profetizado contra esta ciudad, como habéis oído con vuestros propios oídos!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Los sacerdotes y los profetas hablaron entonces a los príncipes en estos términos: 'Este hombre es reo de muerte, pues ha profetizado contra esta ciudad, como habéis oído con vuestros propios oídos'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Entonces hablaron los sacerdotes y los profetas a los príncipes y a todo el pueblo, diciendo: En pena de muerte ha incurrido este hombre; porque profetizó contra esta ciudad, como vosotros habéis oído con vuestros oídos.

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Jeremías 26:11
13 Tagairtí Cros  

Pero tú, Señor, conoces bien sus planes asesinos contra mí. No perdones su crimen, no borres de tu vista su pecado. ¡Caigan derribados ante ti, actúa contra ellos en el día de tu cólera!


Entonces los magistrados y el pueblo entero dijeron a los sacerdotes y a los profetas: 'Este hombre no debe ser condenado a muerte, porque nos ha hablado en el nombre del Señor, nuestro Dios'.


Aquellos dignatarios dijeron al rey: 'Pedimos la muerte de este hombre, que desalienta a los combatientes que quedan en esta ciudad y a todo el pueblo, al hablarles en tales términos. Es evidente que este hombre no busca el bien de este pueblo, sino su desgracia'.


¿Qué os parece?'. Ellos respondieron: '¡Que es reo de muerte!'.


Le respondieron: 'Si no fuera un criminal, no te lo hubiéramos entregado'.


Los judíos respondieron: 'Nosotros tenemos una ley, y según esa ley debe morir, porque se hace hijo de Dios'.


Hasta aquí lo estuvieron escuchando, pero entonces se pusieron a gritar: 'Quita del mundo a este hombre, porque no merece vivir'.


Pero el profeta que tenga la osadía de anunciar en mi nombre lo que yo no le haya ordenado decir o hable en nombre de otros dioses, ese profeta morirá.


Entonces los hombres de la ciudad dijeron a Joás: 'Saca a tu hijo, que lo vamos a matar, porque ha destruido el altar de Baal y ha cortado el cipo que estaba junto a él'.