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Jeremías 22:28 - Biblia Martin Nieto

¿Es acaso un vaso vil y roto este hombre, Jeconías, un objeto que ninguno quiere? ¿Por qué han sido expulsados él y su estirpe, y arrojados a una tierra que no conocían?

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Biblia Reina Valera 1960

¿Es este hombre Conías una vasija despreciada y quebrada? ¿Es un trasto que nadie estima? ¿Por qué fueron arrojados él y su generación, y echados a tierra que no habían conocido?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

»¿Por qué es este hombre, Joaquín, como una vasija desechada y rota? ¿Por qué serán él y sus hijos exiliados al extranjero?

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Este tal Jeconías, ¿es, acaso, un trasto viejo e inservible que ya nadie quiere? ¿Por qué han sido expulsados él y su familia y echados a un país que no conocían?

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La Biblia Textual 3a Edicion

Ese Conías, ¿es una vasija rota, despreciable, un trasto inútil? ¿Por qué lo expulsan con su estirpe, y lo echan a una tierra desconocida?

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

¿Es cosa vil, quebrada, este hombre, Jeconías, o un vaso que nadie quiere? ¿Por qué son echados, él y su estirpe, y expulsados a un país que no conocen?

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

¿Es este hombre Conías un ídolo vil quebrado? ¿Es vaso con quien nadie se deleita? ¿Por qué fueron arrojados, él y su generación, y echados a una tierra que no habían conocido?

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Jeremías 22:28
20 Tagairtí Cros  

Los filisteos abandonaron allí a sus dioses, y David y sus hombres los recogieron.


Tenía treinta y dos años cuando comenzó a reinar, y reinó ocho años en Jerusalén. Se fue sin ser llorado; lo sepultaron en la ciudad de David, pero no en el panteón real.


Soy la irrisión de todos mis opresores, asco de los vecinos y espanto de los que me conocen; los que me ven en la calle huyen de mí.


Si salgo al campo, sólo veo caídos a espada; si entro en la ciudad, allí están las angustias del hambre. Hasta los profetas y los sacerdotes vagan por el país. ¡Ya no lo conocen!


El Señor me dijo: 'Aunque se presentaran ante mí Moisés y Samuel, mi alma no se inclinaría hacia este pueblo. Échalos de mi presencia, que se vayan.


Y porque vosotros habéis obrado peor que vuestros padres, pues cada uno de vosotros sigue el capricho de su perverso corazón sin escucharme a mí.


Tendrás que desprenderte de tu heredad que yo te había regalado, y te haré esclavo de tus enemigos en un país que no conoces, porque has encendido el fuego de mi cólera, que arderá eternamente.


Pero a esta tierra, adonde tanto desean volver, no volverán jamás.


Esto dice el Señor: Inscribid así a este hombre; sin hijos, uno que no prosperó en su tiempo; porque ninguno de su estirpe logrará sentarse en el trono de David y reinar en Judá.


El Señor me mostró dos cestas de higos, que estaban delante del templo del Señor. Esto sucedió después que Nabucodonosor, rey de Babilonia, había llevado al destierro, de Jerusalén a Babilonia, a Jeconías, hijo de Joaquín, rey de Judá, con sus nobles, sus cerrajeros y sus herreros.


y que Nabucodonosor, rey de Babilonia, no se llevó cuando deportó de Jerusalén a Babilonia a Jeconías, hijo de Joaquín, rey de Judá, y a todos los principales de Judá y Jerusalén.


Sedecías, hijo de Josías, sucedió en el trono a Jeconías, hijo de Joaquín, a quien Nabucodonosor, rey de Babilonia, había constituido rey del país de Judá.


En todas las terrazas de Moab, en sus plazas, no hay más que lamentos, porque he hecho pedazos a Moab, como vasija inútil -dice el Señor-.


Efraín es fecundo entre las cañas; pero llegará el solano, el viento del Señor se alzará del desierto, secará sus manantiales, agotará sus fuentes y se llevará todos sus tesoros, sus objetos preciosos.


Israel está engullido; vedlo ya entre las naciones como vasija de desecho.