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Jeremías 11:7 - Biblia Martin Nieto

porque con insistencia advertí a vuestros padres desde el día en que los saqué de Egipto, y lo he repetido sin cesar hasta este día: ¡Escuchad mi voz!

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Biblia Reina Valera 1960

Porque solemnemente protesté a vuestros padres el día que les hice subir de la tierra de Egipto, amonestándoles desde temprano y sin cesar hasta el día de hoy, diciendo: Oíd mi voz.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Pues les advertí solemnemente a sus antepasados cuando los saqué de Egipto: ‘¡Obedézcanme!’. He repetido esta advertencia una y otra vez hasta el día de hoy;

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Pues constantemente les advertí a sus padres, y sin cesar se lo he repetido, desde que los hice subir de Egipto hasta el día de hoy: 'Escúchenme.

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La Biblia Textual 3a Edicion

porque advertí solemnemente a vuestros padres en el día que los hice subir de la tierra de Egipto hasta el día de hoy; madrugando y sin cesar les he advertido, diciendo: ¡Oíd mi voz!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Pues yo, con tiempo e insistentemente, amonesté a vuestros padres, desde el día en que los saqué del país de Egipto hasta hoy, en estos términos: escuchad mi voz'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Porque solemnemente protesté a vuestros padres el día que los hice subir de la tierra de Egipto hasta el día de hoy, desde muy temprano, protestando y diciendo: Obedeced mi voz.

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Jeremías 11:7
29 Tagairtí Cros  

El Señor había advertido a Israel y a Judá por medio de los profetas y de los videntes: 'Arrepentíos de vuestros malos caminos, guardad mis preceptos y mandamientos y seguid la ley que di a vuestros padres y que os comuniqué por medio de mis siervos, los profetas'.


El Señor, Dios de sus padres, les envió continuos mensajeros, porque quería salvar a su pueblo y a su templo.


Les dijo: 'Si verdaderamente escuchas la voz del Señor, tu Dios, y haces lo que es recto a sus ojos, prestas oído a sus mandatos y observas todos sus estatutos, no enviaré sobre ti ninguna de las plagas con que castigué a los egipcios, porque yo soy el Señor, tu salvador'.


que yo impuse a vuestros padres el día en que los saqué de Egipto, horno de hierro, diciéndoles: Escuchad mi voz y poned por obra todo lo que yo os mando; entonces seréis mi pueblo y yo seré vuestro Dios


'Hace ya veintitrés años, desde el año trece de Josías, hijo de Amón, rey de Judá, hasta el día de hoy, que se me viene dirigiendo la palabra del Señor y que, sin descanso, yo os la he anunciado, pero vosotros no habéis escuchado.


El Señor, además, os ha enviado a todos sus siervos, los profetas, sin interrupción, y vosotros no habéis escuchado ni habéis hecho caso.


No como la alianza que hice con sus padres cuando los tomé de la mano y los saqué del país de Egipto, alianza que ellos violaron, por lo cual los rechacé -dice el Señor-.


Ellos entraron y tomaron posesión de ella; pero luego no escucharon tu voz ni caminaron según tu ley; no hicieron nada de cuanto les habías ordenado, y por eso has traído contra ellos toda esta desventura.


Al cabo de siete años cada uno de vosotros dejará libre a su hermano hebreo que le haya sido vendido; estará a tu servicio seis años y luego lo dejarás en libertad. Pero vuestros padres no escucharon ni hicieron caso.


Se han observado las órdenes de Jonadab, hijo de Recab, que prohibió a sus descendientes beber vino, y ellos, fieles al mandato de su antepasado, no lo han bebido hasta el presente. En cambio, yo os he hablado a vosotros insistentemente, sin cansarme y no me habéis escuchado.


Os he mandado repetidamente, sin cansarme, a mis siervos los profetas para avisaros: Convertíos cada uno de su perverso camino, enmendad vuestra conducta, no vayáis tras dioses extraños, no los adoréis, y de esta forma podréis vivir en la tierra que yo os di a vosotros y a vuestros padres. Pero no habéis obedecido ni me habéis hecho caso.


Y ahora, por haber hecho todas esas cosas -dice el Señor-, por no haberme escuchado cuando yo os hablaba con insistencia y sin tregua y no haber respondido a mis llamadas,


Israelitas, escuchad la palabra del Señor: El Señor ha entablado un pleito con los habitantes del país. No existe ya fidelidad ni amor del prójimo, ni conocimiento de Dios en el país,


Escuchad esto, sacerdotes; atiende, casa de Israel; casa real, prestad oído, porque se hace justicia contra vosotros. Vosotros os habéis hecho un lazo en Mispá y una red tendida en el monte Tabor,


No seáis como vuestros padres, a quienes predicaron los profetas del pasado. Esto dice el Señor todopoderoso: Convertíos de vuestra mala conducta y de vuestras malas acciones. Pero no les escucharon ni me hicieron caso a mí, palabra del Señor.


Os digo y os pido en nombre del Señor que no viváis como viven los paganos, con sus vanos pensamientos


amando al Señor, tu Dios, obedeciéndole y estando unido a él. Ahí está tu vida y tu supervivencia en la tierra que el Señor juró dar a tus padres Abrahán, Isaac y Jacob.


Guardadlos y ponedlos por obra, pues ello os hará sabios y sensatos ante los pueblos. Cuando éstos tengan conocimiento de todas estas leyes exclamarán: No hay más que un pueblo sabio y sensato, que es esta gran nación.


¡Oh, si tuvieran siempre ese mismo corazón, siempre me temerían, guardarían mis mandamientos y serían felices ellos y sus hijos!


para que temas al Señor, tu Dios, tú y tus hijos y tus nietos, guardando todos los días de tu vida todas las leyes y mandamientos que yo te impongo hoy, y de esta manera viváis largos años.


Guarda los mandamientos del Señor, tu Dios; sigue sus caminos y respétale.


Pues bien, a estos tales exhortamos y amonestamos en nombre de Jesucristo, el Señor, a trabajar en paz y a ganarse el pan que comen.


Atiende su petición; pero adviérteles bien y hazles saber los derechos del rey que van a tener'.