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Hechos 21:9 - Biblia Martin Nieto

Éste tenía cuatro hijas solteras con el don de profecía.

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Biblia Reina Valera 1960

Este tenía cuatro hijas doncellas que profetizaban.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Tenía cuatro hijas solteras, que habían recibido el don de profecía.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

tenía cuatro hijas que se habían quedado vírgenes y tenían el don de profecía.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Y éste tenía cuatro hijas doncellas que profetizaban.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Tenía éste cuatro hijas vírgenes y profetisas.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y este tenía cuatro hijas vírgenes que profetizaban.

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Hechos 21:9
13 Tagairtí Cros  

El sacerdote Jelcías, Ajicán, Acbor, Safán y Asaías fueron a ver a la profetisa Juldá, esposa de Salún, hijo de Ticua y nieto de Jarjás, el guardarropa del templo. Juldá vivía en el barrio nuevo de Jerusalén. Le expusieron el caso,


¡Acuérdate, Dios mío, de Tobías y Sambalat por lo que han hecho, de la profetisa Noadías y de los demás profetas que trataron de asustarme!


María, la profetisa, hermana de Aarón, tomó en sus manos un tamboril, y las mujeres salieron tras ella con tamboriles y bailando.


Y tú, hijo de hombre, encárate con las hijas de tu pueblo que profetizan por su propia cuenta, y profetiza contra ellas.


Estaba también la profetisa Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser, de edad muy avanzada. Se había casado muy joven, y a los siete años de matrimonio había enviudado.


En la Iglesia de Antioquía había profetas y doctores: Bernabé y Simón, apodado el Negro; Lucio de Cirene; Manahén, hermano de leche de Herodes el virrey, y Saulo.


En los últimos días, dice Dios: derramaré mi espíritu sobre todos los hombres, vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán, vuestros ancianos tendrán sueños y vuestros jóvenes visiones,


En conclusión, el que se casa con su novia hace bien, y el que no se casa hace mejor.


Pero tengo esto contra ti: dejas que Jezabel, esa mujer que se dice profetisa, enseñe y seduzca a mis servidores hasta hacerles vivir en la lujuria y comer las carnes sacrificadas a los ídolos.


Por aquel tiempo era juez en Israel Débora, profetisa, mujer de Lapidot.