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Éxodo 4:11 - Biblia Martin Nieto

Y el Señor le dijo: '¿Quién ha dado al hombre la boca y quién le hace sordo y mudo, vidente y ciego? ¿No soy acaso yo, el Señor?

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Biblia Reina Valera 1960

Y Jehová le respondió: ¿Quién dio la boca al hombre? ¿o quién hizo al mudo y al sordo, al que ve y al ciego? ¿No soy yo Jehová?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Entonces el Señor le preguntó: —¿Quién forma la boca de una persona? ¿Quién decide que una persona hable o no hable, que oiga o no oiga, que vea o no vea? ¿Acaso no soy yo, el Señor?

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Le respondió Yavé: '¿Quién ha dado la boca al hombre? ¿Quién hace que uno hable y otro no?'

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La Biblia Textual 3a Edicion

Pero YHVH le respondió: ¿Y quién ha dado boca al hombre? ¿O quién hizo al mudo y al sordo, al vidente y al ciego? ¿No soy Yo YHVH?

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Yahveh le respondió: '¿Quién ha dado al hombre la boca, y quién hace al mudo y al sordo, al vidente y al ciego? ¿Acaso no soy yo, Yahveh?

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y Jehová le respondió: ¿Quién dio la boca al hombre? ¿O quién hizo al mudo y al sordo, al que ve y al ciego? ¿No soy yo, Jehová?

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Éxodo 4:11
18 Tagairtí Cros  

Pues bien, descendamos y confundamos su lenguaje para que no se entiendan los unos a los otros'.


¿Hay algo difícil para el Señor? De aquí a un año volveré, y Sara tendrá un hijo'.


el Señor da la vista a los ciegos, el Señor endereza a los que están doblados, el Señor ama a los que practican la justicia,


Enseñaré tus caminos a los descarriados, los pecadores volverán a ti.


El que plantó la oreja, ¿no va a oír?; el que formó los ojos, ¿no va a ver?;


El oído que oye y el ojo que ve, uno y otro los ha hecho el Señor.


para abrir los ojos a los ciegos, para sacar a los presos de la cárcel, del calabozo a los que viven en tinieblas.


Tocó con él mi boca y dijo: Mira, esto ha tocado tus labios: tu maldad queda borrada, tu pecado está perdonado.


Yo dije: '¡Ah, Señor Dios, mira que yo no sé hablar; soy joven!'.


El Señor extendió su mano, tocó mi boca y me dijo: 'Yo pongo mis palabras en tu boca.


El Señor había puesto su mano sobre mí la tarde antes de llegar el fugitivo y había abierto mi boca antes que a la mañana siguiente llegara a mí el fugitivo. Entonces mi boca habló y no estuve mudo más.


¿Sonará la trompeta en la ciudad sin que el pueblo se alarme? ¿Sucederá en la ciudad una desgracia sin que el Señor la haya causado?


los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos quedan limpios, los sordos oyen, los muertos resucitan y se anuncia el evangelio a los pobres:


Te quedarás mudo y no podrás hablar hasta que suceda todo esto por no haber creído en mis palabras, que se cumplirán a su tiempo'.


Inmediatamente se le soltó la lengua y empezó a hablar bendiciendo a Dios.


Otros decían: 'Estas palabras no son de un endemoniado. ¿Es que un endemoniado puede abrir los ojos a los ciegos?'.