Harás para la entrada de la tienda un velo de lino fino, trenzado con púrpura violeta, escarlata y carmesí; todo ello artísticamente recamado.
Éxodo 39:30 - Biblia Martin Nieto Hicieron de oro puro la lámina de la santa diadema; grabaron en ella, como se graban los sellos: 'Consagrado al Señor', Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Hicieron asimismo la lámina de la diadema santa de oro puro, y escribieron en ella como grabado de sello: SANTIDAD A JEHOVÁ. Biblia Nueva Traducción Viviente Por último, hicieron el medallón sagrado —la insignia de santidad— de oro puro. Lo grabaron como un sello con las palabras Santo para el Señor. Biblia Católica (Latinoamericana) E hicieron de oro puro una lámina, la diadema sagrada, en la que grabaron, como se graban los sellos: 'Consagrado a Yavé'. La Biblia Textual 3a Edicion Hicieron asimismo la lámina de la diadema sagrada, de oro puro, y a modo de grabado de sello, inscribieron en ella: CONSAGRADO A YHVH. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Hicieron la diadema sagrada con una lámina de oro puro y grabaron en ella, como se graba en los sellos: 'Consagrado a Yahveh'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) E hicieron la plancha de la corona santa de oro puro, y escribieron en ella como grabado de sello, SANTIDAD A JEHOVÁ. |
Harás para la entrada de la tienda un velo de lino fino, trenzado con púrpura violeta, escarlata y carmesí; todo ello artísticamente recamado.
el cinturón, también de lino fino, artísticamente recamado en púrpura violeta, escarlata y carmesí, como el Señor había mandado a Moisés.
y la sujetaron, con un cordón de púrpura violeta, en lo alto, sobre la tiara, como el Señor había mandado a Moisés.
En aquel día estará escrito sobre todas las campanillas de los caballos: 'Consagrado al Señor', y las ollas en el templo del Señor serán como los aspersorios delante del altar.
Por él vosotros estáis en Cristo Jesús, el cual de parte de Dios se ha hecho para nosotros sabiduría, justicia, santificación y redención,
Al que no conoció pecado, le hizo pecado en lugar nuestro, para que nosotros seamos en él justicia de Dios.
que se entregó a sí mismo por nosotros para redimirnos y hacer de nosotros un pueblo escogido, limpio de todo pecado y dispuesto a hacer siempre el bien.
Él, que es el resplandor de su gloria y la impronta de su ser, sostiene todas las cosas con su palabra poderosa, y, una vez que realizó la purificación de los pecados, se sentó a la derecha de la Majestad en lo más alto del cielo,
Tal era precisamente el sumo sacerdote que nos convenía: santo, inocente, sin mancha, separado de los pecadores y elevado más alto que los cielos;
De ellos has hecho para nuestro Dios un reino de sacerdotes, que reinarán sobre la tierra.