Moisés y Aarón, entre sus sacerdotes, y Samuel entre los que invocaban su nombre; llamaban al Señor y él les respondía.
Éxodo 17:4 - Biblia Martin Nieto Moisés llamó al Señor: '¿Qué haré con este pueblo? Un poco más y me apedrean'. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Entonces clamó Moisés a Jehová, diciendo: ¿Qué haré con este pueblo? De aquí a un poco me apedrearán. Biblia Nueva Traducción Viviente Entonces Moisés clamó al Señor: —¿Qué hago con este pueblo? ¡Están a punto de apedrearme! Biblia Católica (Latinoamericana) Entonces Moisés llamó a Yavé y le dijo: '¿Qué puedo hacer con este pueblo?; por poco me apedrean. La Biblia Textual 3a Edicion Y clamó Moisés a YHVH, diciendo: ¿Qué haré con este pueblo? Un poco más y me apedrean. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Moisés clamó a Yahveh, diciendo: '¿Qué haré yo con este pueblo? ¡Poco falta para que me apedreen!'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Entonces Moisés clamó a Jehová, diciendo: ¿Qué haré con este pueblo? De aquí a un poco me apedrearán. |
Moisés y Aarón, entre sus sacerdotes, y Samuel entre los que invocaban su nombre; llamaban al Señor y él les respondía.
El Señor dijo a Moisés: '¿Por qué clamas a mí? Di a los israelitas que sigan adelante.
Moisés clamó al Señor. Él le señaló un madero; Moisés lo echó en las aguas, y las aguas se volvieron dulces. Allí el Señor dio al pueblo leyes y estatutos y lo sometió a prueba.
dijo al Señor: '¿Por qué tratas tan mal a tu siervo? ¿Por qué no he hallado yo gracia a tus ojos, sino que has cargado sobre mí el peso de todo este pueblo?
Toda la comunidad hablaba de apedrearlos, cuando la gloria del Señor apareció en la tienda de la reunión ante todos los israelitas.
Cuando Coré hubo reunido frente a Moisés y Aarón toda la comunidad a la entrada de la tienda de la reunión, la gloria del Señor se apareció a toda la comunidad.
Entonces agarraron piedras para tirárselas. Pero Jesús se escondió y salió del templo.
Llegaron de Antioquía e Iconio unos judíos que se ganaron a la gente. Apedrearon a Pablo y lo arrastraron fuera de la ciudad, dándolo por muerto.
David estaba muy angustiado porque la gente quería apedrearlo, pues todos estaban muy amargados, cada uno por sus hijos y por sus hijas. Pero David se confortó en el Señor, su Dios.