Como se le cansaban los brazos a Moisés, tomaron una piedra y se la pusieron debajo. Él se sentó encima, y Aarón y Jur le sostenían los brazos, uno a cada lado. De este modo los brazos de Moisés se sostuvieron en alto hasta la puesta del sol.
Éxodo 17:13 - Biblia Martin Nieto Josué derrotó a Amalec y a su ejército a filo de espada. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y Josué deshizo a Amalec y a su pueblo a filo de espada. Biblia Nueva Traducción Viviente Como resultado, Josué aplastó al ejército de Amalec en la batalla. Biblia Católica (Latinoamericana) y Josué hizo una enorme matanza entre la gente de Amalec. La Biblia Textual 3a Edicion Y Josué deshizo° a Amalec y a su pueblo a filo de espada. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Josué venció a Amalec y a su pueblo a filo de espada. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y Josué deshizo a Amalec y a su pueblo a filo de espada. |
Como se le cansaban los brazos a Moisés, tomaron una piedra y se la pusieron debajo. Él se sentó encima, y Aarón y Jur le sostenían los brazos, uno a cada lado. De este modo los brazos de Moisés se sostuvieron en alto hasta la puesta del sol.
El Señor dijo a Moisés: 'Pon esto por escrito, para recuerdo, en un libro, y asegura a Josué que yo borraré por completo la memoria de Amalec de debajo del cielo'.
Caerán al filo de la espada, irán prisioneros a todas las naciones y Jerusalén será pisoteada por los paganos hasta que llegue a su fin el tiempo de los paganos'.
Ese mismo día Josué tomó a Maqueda y la destruyó; pasó a filo de espada a todos los que vivían en ella sin dejar ni un superviviente; al rey de Maqueda lo trató como había tratado al rey de Jericó.
El Señor entregó a Laquis en manos de Israel, que la tomó al segundo día, y pasó a filo de espada a todos los que vivían en ella, como había hecho con Libná.
La tomaron y pasaron a filo de espada al rey y a todos los que vivían en ella y en los pueblos vecinos, exterminándolos por completo y sin dejar un superviviente, como habían hecho con Eglón.
Josué se apoderó de todos estos reyes y de sus territorios en una sola expedición, porque el Señor, Dios de Israel, combatía por Israel.
Josué se apoderó de todas las ciudades de estos reyes, y a todos los pasó a filo de espada, consagrándolos al exterminio, como había mandado Moisés, siervo del Señor.
Josué no retiró la mano que tenía extendida con la jabalina hasta que todos los habitantes de Ay fueron exterminados.