El huésped y el mercenario no podrán comerla.
El extranjero y el jornalero no comerán de ella.
Los residentes temporales y los jornaleros tampoco podrán comerla.
El extranjero que reside en Israel o que trabaja a tu servicio no la comerá.
Ni el extranjero ni el asalariado podrá comer de ella.
pero no podrán comerla ni los jornaleros ni los extraños.
El extranjero y el asalariado no comerán de ella.
No habrá habitante que diga: 'Estoy enfermo'; y el pueblo que vive en Jerusalén será perdonado de sus culpas.
estabais en otro tiempo sin Cristo, alejados de la ciudadanía de Israel y ajenos a las alianzas, sin esperanza de la promesa y sin Dios en el mundo;