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Esdras 9:4 - Biblia Martin Nieto

Todos los temerosos de las palabras del Dios de Israel se reunieron conmigo al conocer la prevaricación de los repatriados. Yo permanecí sentado, abrumado hasta la hora del sacrificio de la tarde.

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Biblia Reina Valera 1960

Y se me juntaron todos los que temían las palabras del Dios de Israel, a causa de la prevaricación de los del cautiverio; mas yo estuve muy angustiado hasta la hora del sacrificio de la tarde.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Entonces todos los que temblaban ante las palabras del Dios de Israel vinieron y se sentaron conmigo a causa de este ultraje cometido por los que habían regresado del destierro. Allí me quedé sentado, totalmente horrorizado, hasta la hora del sacrificio vespertino.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Entonces todos los que temían la palabra del Dios de Israel con respecto a ese pecado de los desterrados, se juntaron a mi alrededor y yo seguí allí muy conmovido hasta la ofrenda de la tarde.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Entonces se acercaron a mí todos los que temblaban ante las palabras del Dios de Israel, a causa de la infidelidad de los del cautiverio, pero yo seguía sentado, consternado, hasta el sacrificio de la tarde.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

En torno a mí se fueron reuniendo todos los que temían las palabras del Dios de Israel, en vista de la prevaricación de los que habían venido del cautiverio. Permanecí abatido y desolado hasta la hora del sacrificio de la tarde.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y se reunieron delante mí todos los que temblaban ante las palabras del Dios de Israel, a causa de la prevaricación de los del cautiverio; y yo quedé atónito hasta el sacrificio de la tarde.

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Esdras 9:4
13 Tagairtí Cros  

Por haberse conmovido tu corazón y haberte humillado delante del Señor al oír las palabras con que él ha amenazado a este lugar y a sus habitantes, por haberte humillado delante de mí, por haberte rasgado las vestiduras y haber llorado delante de mí, también yo te he escuchado, dice el Señor.


Hagamos ahora con nuestro Dios un pacto de despedir a todas estas mujeres extranjeras y a los hijos que hemos tenido con ellas, si así te parece a ti y a los temerosos de los mandamientos de nuestro Dios; que se cumpla la ley.


A los tres días, se reunieron en Jerusalén todos los hombres de Judá y Benjamín. Era el día veinte del mes noveno. Todo el pueblo se situó en la plaza del templo de Dios, temblando por la gravedad del caso y porque llovía copiosamente.


ríos de lágrimas caen de mis ojos porque tu ley no se observa.


Ofreces uno por la mañana y otro por la tarde.


Por la tarde, entre dos luces, ofrecerás el segundo cordero con la misma ofrenda y libación que a la mañana, en sacrificio de olor agradable, sacrificio de fuego en honor del Señor,


Todo esto lo ha hecho mi mano, y mío es todo ello -dice el Señor-. Pero aquel en quien fijo yo mis ojos es el humilde, el de contrito corazón, que tiembla a mi palabra.


Escuchad la palabra del Señor los que tembláis a su palabra: Han dicho vuestros hermanos que os odian, que os aborrecen a causa de mi nombre. ¡Que el Señor manifieste su gloria para que podamos ver vuestra alegría! Pero ellos serán avergonzados.


y le dijo: 'Pasa por la ciudad, recorre Jerusalén y marca con una cruz la frente de los hombres que gimen y lloran por todas las nefastas acciones que se cometen dentro de ella'.


En aquellos días, yo, Daniel, me puse de luto durante tres semanas.


aún tenía en los labios las palabras de mi oración, cuando Gabriel, aquel personaje que había visto anteriormente en visión, volando raudo, se acercó a mí, hacia la hora de la ofrenda de la tarde,


Un israelita llevó a su casa a una madianita a la vista de Moisés y de toda la comunidad, mientras estaban todos llorando a la entrada de la tienda de la reunión.


Pedro y Juan iban un día al templo a la hora de la oración, a las tres de la tarde.