En total, cinco mil cuatrocientos objetos de oro y plata. Todo se lo llevó Sesbasar a Jerusalén al regresar del destierro de Babilonia.
Esdras 1:8 - Biblia Martin Nieto Ciro, rey de Persia, le confió la tarea a Mitrídates, el tesorero, el cual se los entregó a Sesbasar, jefe de Judá. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Los sacó, pues, Ciro rey de Persia, por mano de Mitrídates tesorero, el cual los dio por cuenta a Sesbasar príncipe de Judá. Biblia Nueva Traducción Viviente Ciro le ordenó a Mitrídates, el tesorero de Persia, que contara esos artículos y se los entregara a Sesbasar, el líder de los desterrados que regresaban a Judá. Biblia Católica (Latinoamericana) Ciro rey de Persia los mandó retirar por intermedio del tesorero Mitrídates, quien los contó delante de Sesbasar, príncipe de Judá. La Biblia Textual 3a Edicion Los hizo traer pues Ciro rey de Persia, por medio del tesorero Mitrídates, quien los consignó en mano de Sesbasar, el príncipe de Judá. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Ciro, rey de Persia, se los consignó al tesorero Mitrídates, que los contó en presencia de Sesbasar, príncipe de Judá. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Los sacó, pues, Ciro, rey de Persia, por mano de Mitrídates el tesorero, el cual los dio por cuenta a Sesbasar, príncipe de Judá. |
En total, cinco mil cuatrocientos objetos de oro y plata. Todo se lo llevó Sesbasar a Jerusalén al regresar del destierro de Babilonia.
Vinieron con Zorobabel, Josué, Nehemías, Serayas, Reelayas, Mardoqueo, Bilsán, Mispar, Bigvay, Rejún, Baaná. Número de los hombres del pueblo de Israel:
Además, el rey Ciro mandó sacar del templo de Babilonia los utensilios de oro y plata del templo de Dios, que Nabucodonosor se había llevado del templo de Jerusalén para ponerlos en el templo de Babilonia, y se los entregó a un hombre llamado Sesbasar, a quien había nombrado gobernador.
Sesbasar vino y echó los cimientos del templo de Dios en Jerusalén, que se viene reconstruyendo desde aquel día hasta el presente, pero aún no está terminado.
Zorobabel, hijo de Sealtiel, y Josué, hijo de Yosadac, decidieron reanudar la reconstrucción del templo de Dios en Jerusalén, con la asistencia de los dos profetas de Dios, que estaban con ellos animándoles.
Yo castigaré a Bel en Babilonia y arrancaré de sus fauces lo que ha devorado. Hacia él no afluirán nunca más las naciones. Ya se ha desplomado la muralla de Babilonia.
El año segundo del rey Darío, en el mes sexto, el día primero del mes, fue dirigida esta palabra del Señor, por medio del profeta Ageo, a Zorobabel, hijo de Sealtiel, gobernador de Judá, y a Josué, hijo de Yehosadac, sumo sacerdote, en estos términos:
Y el Señor levantó el ánimo de Zorobabel, hijo de Sealtiel, gobernador de Judá; de Josué, hijo de Yehosadac, sumo sacerdote, y de todo el resto del pueblo, de tal manera que fueron y se pusieron a la obra en el templo del Señor todopoderoso, su Dios.