Pues tu esposo será tu creador, cuyo nombre es Señor todopoderoso; tu redentor, el Santo de Israel, que se llama Dios de toda la tierra.
Efesios 5:32 - Biblia Martin Nieto Éste es un gran misterio, que yo aplico a Cristo y a la Iglesia. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Grande es este misterio; mas yo digo esto respecto de Cristo y de la iglesia. Biblia Nueva Traducción Viviente Eso es un gran misterio, pero ilustra la manera en que Cristo y la iglesia son uno. Biblia Católica (Latinoamericana) Es éste un misterio muy grande, pues lo refiero a Cristo y a la Iglesia. La Biblia Textual 3a Edicion Grande es este misterio, pero yo digo esto° respecto al Mesías y la iglesia. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Gran misterio es éste, quiero decir, el de Cristo y la Iglesia. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Este misterio grande es; mas yo hablo en cuanto a Cristo y a la iglesia. |
Pues tu esposo será tu creador, cuyo nombre es Señor todopoderoso; tu redentor, el Santo de Israel, que se llama Dios de toda la tierra.
La esposa pertenece al esposo. Pero el amigo del esposo, el que está a su lado y lo oye, se alegra mucho al oír la voz del esposo. Así que mi gozo es completo.
Tengo celos divinos de vosotros, porque os he desposado con un solo marido, os he presentado a Cristo como una virgen pura.
Por eso el hombre dejará a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne.
Por lo que toca a vosotros, que cada uno ame a su mujer como a sí mismo, y que la mujer respete a su marido.
pedid también por mí, para que Dios ponga en mis labios las palabras adecuadas y anuncie con valentía el plan secreto de Dios, el evangelio,
para que cobren ánimo, se mantengan unidos en el amor y alcancen así el conocimiento pleno de todo y descubran el secreto de Dios, que es Cristo,
Y sin duda alguna es grande el misterio de nuestra religión: 'Que se ha manifestado como hombre, ha sido acreditado por el Espíritu, se ha mostrado a los ángeles, ha sido anunciado a las naciones, creído en el mundo, elevado a la gloria'.
Asimismo, que los diáconos sean hombres dignos, formales, no aficionados a la bebida y a los negocios sucios.
Y vi a la ciudad santa, la nueva Jerusalén, que bajaba del cielo del lado de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su esposo.