Isaías 54 - Biblia Martin Nieto1 Grita de alegría, estéril, que no has dado a luz, prorrumpe en gritos de gozo y algazara, tú que no has estado de parto. Pues son más numerosos los hijos de la abandonada que los hijos de la casada -dice el Señor-. 2 Ensancha el espacio de tu tienda, despliega tus toldos sin reparo, alarga tus cuerdas, asegura tus estacas. 3 Pues te ensancharás a derecha e izquierda, tu raza poseerá naciones y poblará ciudades asoladas. 4 No temas, pues no tendrás ya que avergonzarte; no te sonrojes, pues no serás ya confundida; olvidarás la afrenta de tu juventud y no te acordarás del oprobio de tu viudez. 5 Pues tu esposo será tu creador, cuyo nombre es Señor todopoderoso; tu redentor, el Santo de Israel, que se llama Dios de toda la tierra. 6 Sí, como a una mujer abandonada y desolada te ha requerido el Señor. A la esposa tomada en la juventud, ¿se la puede rechazar? - dice tu Dios-. 7 Sólo por un momento te había abandonado, pero con inmensa piedad te recojo de nuevo. 8 En un rapto de mi cólera oculté de ti mi rostro un instante, mas con eterna bondad de ti me apiado -dice tu redentor, el Señor-. 9 Me pasa como en los días de Noé, cuando juré que las aguas de Noé no volverían a anegar la tierra: así ahora juro no irritarme más contra ti, no volverte a amenazar. 10 Vacilarán los montes, las colinas se conmoverán; pero mi bondad hacia ti no desaparecerá ni vacilará mi alianza de paz -dice el Señor-, el que de ti se compadece. 11 Oh desdichada, sacudida por la tempestad, desconsolada; yo asentaré tus piedras sobre malaquita y tus cimientos sobre zafiros; 12 haré de rubíes tus almenas, tus puertas de cristal, y todo tu recinto de piedras preciosas. 13 Tus hijos serán todos discípulos del Señor, grande será la dicha de tus hijos. 14 Serás fundada en la justicia, y estarás a salvo de la opresión, pues nada temerás; a salvo de la destrucción, que nunca más te alcanzará. 15 Si te atacan, no vendrá de mí; el que pelee contigo, ante ti caerá. 16 Pues yo he creado al herrero, que sopla el fuego de las brasas, y con su trabajo las armas produce; mas también al destructor para aniquilarlas. 17 Ningún arma forjada contra ti dará resultado; a toda lengua que te acuse la convencerás de culpabilidad. Ésta es la heredad de los hijos del Señor, la justicia que yo les aseguro -dice el Señor-. |
Evaristo Martín Nieto©