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Daniel 6:5 - Biblia Martin Nieto

Por ello los ministros y los sátrapas se pusieron a buscar un pretexto para poder acusar a Daniel de algún asunto de la administración del reino; pero no lograban encontrar ningún motivo de censura o falta alguna, porque él era leal y jamás se le pudo acusar de negligencia ni de culpa alguna.

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Biblia Reina Valera 1960

Entonces dijeron aquellos hombres: No hallaremos contra este Daniel ocasión alguna para acusarle, si no la hallamos contra él en relación con la ley de su Dios.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Finalmente llegaron a la siguiente conclusión: «Nuestra única posibilidad de encontrar algún motivo para acusar a Daniel será en relación con las normas de su religión».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Esos hombres se pusieron entonces a decir: 'Ya que no se le puede reprochar nada a ese Daniel, busquemos algún pretexto en la religión de su Dios'.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Entonces aquellos hombres se dijeron: No hallaremos contra este Daniel ningún pretexto para acusarle, si no lo hallamos contra él en relación con la ley de su Dios.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Los inspectores y los sátrapas buscaron algún asunto de que poder acusar a Daniel en lo relativo a la administración del reino, pero no pudieron encontrar motivos ni faltas, porque era fiel, y por eso no hallaron negligencia alguna ni falta que reprocharle.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Entonces dijeron aquellos hombres: No hallaremos contra este Daniel ocasión alguna, si no la hallamos contra él en relación a la ley de su Dios.

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Daniel 6:5
8 Tagairtí Cros  

Amán dijo al rey Asuero: 'En medio de las incontables gentes de tu reino y por todas las provincias hay esparcido y diseminado un pueblo, separado de los demás, que tiene leyes diferentes y no cumple las órdenes del rey. Los intereses del reino no permiten tolerarlo.


El injusto espía al justo y busca darle muerte;


Procurad el bien de la nación adonde yo os he deportado y rogad por ella al Señor, porque su prosperidad será también la vuestra.


Cuando David terminó de hablar así, Saúl le dijo: '¿Es ésta tu voz, hijo mío, David?'. Y comenzó a llorar con grandes gritos.


Los jefes de los filisteos preguntaron: '¿Por qué vienen estos hebreos?'. Aquís les respondió: 'Éste es David, servidor de Saúl, rey de Israel, que ha estado conmigo unos dos años, y no he encontrado nada que reprocharle desde el día en que vino a mí hasta hoy'.