Cuando se puso el sol, apareció entre densísimas tinieblas una hornilla humeante y una llama de fuego, que pasó por entre los animales partidos.
Apocalipsis 9:2 - Biblia Martin Nieto Cuando ella abrió el pozo del abismo, subió del pozo un humo como de un gran horno, de suerte que el sol y la atmósfera se oscurecieron; Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y abrió el pozo del abismo, y subió humo del pozo como humo de un gran horno; y se oscureció el sol y el aire por el humo del pozo. Biblia Nueva Traducción Viviente Cuando lo abrió, salió humo como si fuera de un gran horno, y la luz del sol y el aire se oscurecieron debido al humo. Biblia Católica (Latinoamericana) Abrió, pues, el pozo del abismo, y del pozo subió una humareda como la de un horno inmenso que oscureció el sol y el aire. La Biblia Textual 3a Edicion Y abrió el pozo del abismo, y del pozo subió un humo, como el humo de un gran horno, y a causa del humo del pozo fueron entenebrecidos el sol y el aire. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Abrió el pozo del abismo y subió del pozo una humareda como la humareda de un gran horno. El sol y el aire quedaron oscurecidos por el humo del pozo. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y abrió el pozo del abismo, y subió humo del pozo como el humo de un gran horno; y se oscureció el sol y el aire por el humo del pozo. |
Cuando se puso el sol, apareció entre densísimas tinieblas una hornilla humeante y una llama de fuego, que pasó por entre los animales partidos.
Volvió la vista hacia Sodoma y Gomorra y hacia toda la vega, y vio cómo de la vega subía humo como el de un horno.
Toda la montaña del Sinaí humeaba, porque sobre ella había descendido el Señor en medio de fuego. El humo subía como de un horno, y toda la montaña se estremecía fuertemente.
Aúlla, puerta; ciudad, grita; tiembla, Filistea entera; porque del norte llega una humareda, y nadie de sus huestes se rezaga.
Aquellos que no se prosternen y la adoren serán al punto arrojados en un ardiente horno de fuego'.
Ante ellos tiembla la tierra, se estremecen los cielos; el sol y la luna se oscurecen y las estrellas pierden su brillo.
¡Día de oscuridad y de tiniebla, día de nubes y de niebla espesa! Como de monte en monte va la aurora; avanza un pueblo numeroso y fuerte, como jamás ha existido y como no habrá más en los años lejanos.
Y haré aparecer señales en el cielo y en la tierra: sangre, fuego y columnas de humo.
El humo de su suplicio sube por los siglos de los siglos, y no tienen reposo ni de día ni de noche los que adoran a la bestia y a su estatua y los que reciben la marca de su nombre'.
El quinto vertió su copa sobre el trono de la bestia; su reino quedó sumergido en las tinieblas; las gentes se mordían la lengua de dolor, y
El cuarto ángel tocó la trompeta, y la tercera parte del sol, la tercera parte de la luna y la tercera parte de las estrellas quedaron heridas de muerte de tal manera que se oscureció la tercera parte de las mismas y el día perdió una tercera parte de su esplendor, lo mismo que la noche.
El quinto ángel tocó la trompeta, y vi una estrella que había caído del cielo sobre la tierra; y le dieron la llave del pozo del abismo.
Tienen como rey al ángel del abismo; su nombre en hebreo es 'Abaddón', y en griego 'Apolión', el exterminador.
Así vi a los caballos y a los jinetes: éstos tenían corazas de color de fuego, de jacinto y de azufre; los caballos tenían las cabezas como las de los leones, y de su boca salía fuego y azufre.