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Apocalipsis 10:10 - Biblia Martin Nieto

Tomé el librito de la mano del ángel y me lo comí; era dulce como la miel en mi boca, pero en cuanto me lo comí se me llenaron de amargura las entrañas.

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Biblia Reina Valera 1960

Entonces tomé el librito de la mano del ángel, y lo comí; y era dulce en mi boca como la miel, pero cuando lo hube comido, amargó mi vientre.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Entonces tomé el pequeño rollo de la mano del ángel, ¡y me lo comí! Fue dulce en mi boca, pero cuando lo tragué, se volvió amargo en mi estómago.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Tomé el librito de la mano del ángel y me lo comí; en la boca era dulce como la miel, pero cuando terminé de comerlo se me volvió amargo en el estómago.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Y tomé el pequeño rollo de la mano del ángel, y lo devoré; y en mi boca era dulce como miel, pero cuando lo comí, se me amargó el vientre.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Tomé el pequeño rollo de la mano del ángel y lo devoré. Y era en mi boca dulce como la miel; pero cuando lo comí sentí amargor en el vientre.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y tomé el librito de la mano del ángel, y lo comí; y en mi boca fue dulce como la miel; y cuando lo hube comido, amargó mi vientre.

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Apocalipsis 10:10
9 Tagairtí Cros  

Ojalá le agrade mi poema, pues sólo en él encuentro mi alegría.


qué dulce a mi paladar es tu promesa: mucho más que la miel para mi boca;


el temor del Señor es puro, dura para siempre; los decretos del Señor son la verdad misma, todos ellos son justos;


Panal de miel son las palabras amables, dulzura para el alma y medicina para el cuerpo.


Lo desenrolló ante mi vista. Estaba escrito por dentro y por fuera, y contenía lamentaciones, gemidos y ayes.


El espíritu me levantó y me arrebató; iba yo amargado, con el ánimo lleno de excitación, mientras la mano del Señor pesaba fuertemente sobre mí.


Entonces me dijo: 'Hijo de hombre, aliméntate y sáciate de este libro que yo te doy'. Yo lo comí, y fue en mi boca dulce como la miel.


Entonces me dijeron: 'Es necesario que profetices aún acerca de muchos pueblos, naciones, lenguas y reyes'.


Corrí hacia el ángel y le dije que me diera el librito. Él me contestó: 'Tómalo y cómetelo; te amargará las entrañas, pero en tu boca será dulce como la miel'.