Tal vez el Señor vea mi aflicción y me devuelva bien en lugar de esta maldición de hoy'.
Abdías 1:13 - Biblia Martin Nieto no entres en la ciudad de mi pueblo el día de su ruina; no te alegres también tú de su desgracia el día de su ruina, ni eches mano a su riqueza el día de su ruina. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 No debiste haber entrado por la puerta de mi pueblo en el día de su quebrantamiento; no, no debiste haber mirado su mal en el día de su quebranto, ni haber echado mano a sus bienes en el día de su calamidad. Biblia Nueva Traducción Viviente No debiste saquear la tierra de Israel mientras ellos sufrían semejante calamidad. No debiste regodearte de su destrucción mientras sufrían semejante calamidad. No debiste robar sus riquezas mientras sufrían semejante calamidad. Biblia Católica (Latinoamericana) No vengas a mirar a la puerta el día en que le va mal a mi pueblo: ¿será bueno que veas sus sufrimientos el día de su desgracia? No eches mano de sus riquezas en el día de la desventura. La Biblia Textual 3a Edicion Ni entres en la puerta° de mi pueblo En el día de su infortunio, Ni disfrutes de su desgracia en el día de su infortunio, Ni eches mano° a sus bienes en el día de su infortunio,° Biblia Serafín de Ausejo 1975 No entres por la puerta de mi pueblo en el día de su infortunio; no te deleites también tú viendo sus males en el día de su angustia; no alargues la mano a sus riquezas en el día de su desgracia. Biblia Reina Valera Gómez (2023) No debiste haber entrado por la puerta de mi pueblo en el día de su quebrantamiento; no, no debiste haber mirado su mal el día de su quebranto, ni haber echado mano a sus bienes el día de su calamidad. |
Tal vez el Señor vea mi aflicción y me devuelva bien en lugar de esta maldición de hoy'.
¿Me alegré del infortunio de mi enemigo? ¿Me gocé cuando el mal le abatía?
Me rodea un montón de perros, una banda de criminales me acomete, taladran mis manos y mis pies,
También sus mercenarios, dentro de ella, son como novillos bien cebados; mas ellos también vuelven la espalda y huyen todos a una, sin poder resistir, porque cae sobre ellos el día de su infortunio, la hora de su castigo.
Por haber dicho: Las dos naciones, los dos países son míos; los poseeremos en herencia aunque esté allí el Señor,
Porque has alimentado un odio secular y has entregado a la espada a los israelitas el día de su último crimen,
Esto dice el Señor Dios: Por haber dicho el enemigo contra vosotros: ¡Ja, ja, estas colinas eternas han pasado a nuestra herencia!,
por eso profetiza y di: Esto dice el Señor Dios: Porque habéis sido devastados y tomados por todas partes y estáis ahora en poder de otras naciones, hechos blanco de burlas y de insultos por parte del pueblo,
y estoy muy indignado contra las gentes que viven despreocupadamente; yo estaba un poco indignado, pero ellos han aumentado su maldad.