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2 Samuel 21:22 - Biblia Martin Nieto

Estos cuatro gigantes eran descendientes de los gigantes de Gat, y cayeron en manos de David y de sus hombres.

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Biblia Reina Valera 1960

Estos cuatro eran descendientes de los gigantes en Gat, los cuales cayeron por mano de David y por mano de sus siervos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Estos cuatro filisteos eran descendientes de los gigantes de Gat, pero David y sus guerreros los mataron.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Los cuatro eran hombres de Gat descendientes de Rafá. Fueron muertos por las manos de David y de sus guardias.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Estos cuatro eran hijos de Rafah en Gat, y cayeron por la mano de David, y por la mano de sus siervos.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Estos cuatro hombres eran descendientes de Rafá, de Gat; pero cayeron a manos de David y de sus servidores.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Estos cuatro le habían nacido al gigante en Gat, los cuales cayeron por la mano de David, y por la mano de sus siervos.

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2 Samuel 21:22
11 Tagairtí Cros  

Un gigante, descendiente de Rafá, que tenía una lanza que pesaba unos treinta kilos y ceñía una espada nueva, decía que iba a matar a David.


Él desafió a Israel, y Jonatán, hijo de Simá, hermano de David, lo mató.


Estos gigantes eran descendientes de los gigantes de Gat, y cayeron en manos de David y sus hombres.


Ven en nuestra ayuda contra el adversario, pues la ayuda del hombre no sirve para nada.


Clamor de alegría y de victoria en la tienda de los justos: la diestra del Señor hace proezas,


Tú, oh Dios, que nos has rechazado y no sales ya con nuestras tropas.


También he visto bajo el sol que ni es de los veloces la carrera, ni de los valientes el combate, ni de los sabios el pan, ni de los inteligentes la riqueza, ni de los instruidos la estima, porque el tiempo y la mala suerte alcanzan a todos.


quien quiera presumir, que presuma de esto: De tener inteligencia y conocerme, porque yo soy el Señor, que hago misericordia, derecho y justicia en la tierra. Sí, esto es lo que me agrada -dice el Señor-.


¿Qué más podremos decir? Si Dios está con nosotros, ¿quién estará contra nosotros?


Pero en todas estas cosas salimos triunfadores por medio de aquel que nos amó.


Dame, pues, esta montaña que el Señor me prometió aquel día, como tú mismo lo oíste. Allí están los anaquitas, y hay ciudades grandes y fortificadas. Si el Señor está conmigo, yo los echaré de allí, como él prometió'.