El rey volvió a enviar un tercer capitán con sus cincuenta soldados. Pero este tercer capitán fue, se postró de rodillas ante Elías y le suplicó: 'Hombre de Dios, ¡por favor! Que mi vida y la de estos cincuenta siervos tuyos sea preciosa a tus ojos.
2 Reyes 1:14 - Biblia Martin Nieto Ha bajado fuego del cielo y ha devorado a los dos capitanes de cincuenta y a su gente, pero ahora, que mi vida sea preciosa a tus ojos'. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 He aquí ha descendido fuego del cielo, y ha consumido a los dos primeros capitanes de cincuenta con sus cincuenta; sea estimada ahora mi vida delante de tus ojos. Biblia Nueva Traducción Viviente Sabemos que cayó fuego del cielo y destruyó a los primeros dos grupos; pero ahora, ¡le ruego que me perdone la vida! La Biblia Textual 3a Edicion He aquí, fuego de los cielos ha descendido y ha consumido a los dos anteriores capitanes de cincuenta con sus cincuenta; ahora pues, ¡que mi vida° sea de valor ante tus ojos! Biblia Serafín de Ausejo 1975 Ya ves que ha bajado fuego del cielo y ha devorado a los dos primeros jefes de cincuenta con sus cincuenta hombres. ¡Que ahora mi vida tenga algún valor a tus ojos!'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) He aquí ha descendido fuego del cielo y ha consumido a los dos primeros capitanes de cincuenta con sus cincuenta; sea ahora mi vida de valor delante de tus ojos. |
El rey volvió a enviar un tercer capitán con sus cincuenta soldados. Pero este tercer capitán fue, se postró de rodillas ante Elías y le suplicó: 'Hombre de Dios, ¡por favor! Que mi vida y la de estos cincuenta siervos tuyos sea preciosa a tus ojos.
El ángel del Señor dijo a Elías: 'Anda con él, no le tengas miedo'. Fue con él, se presentó ante el rey,
Nadie puede rescatarse a sí mismo ni pagar a Dios por su propio rescate.
él los defenderá contra la explotación y la violencia, su sangre tendrá un gran precio ante sus ojos.
Porque si la prostituta busca un trozo de pan, la adúltera amenaza a una vida preciosa.
Pero a mí no me preocupa mi vida ni la juzgo estimable, con tal de acabar mi carrera y cumplir el ministerio que he recibido de Jesús, el Señor, de anunciar la buena nueva, la gracia de Dios.
Entonces Saúl dijo: 'He pecado. Vuelve, hijo mío, David, pues no volveré a hacerte mal, porque mi vida ha sido hoy preciosa a tus ojos. He obrado como un insensato y me he engañado lamentablemente'.
Y así como tu vida ha sido hoy de gran valor a mis ojos, así también será estimada mi vida a los ojos del Señor, y él me librará de toda angustia'.