sino que siguió el camino de los reyes de Israel, y hasta hizo pasar por el fuego a su hijo, según las prácticas horrorosas de las gentes que el Señor había echado de delante de los israelitas.
2 Crónicas 28:3 - Biblia Martin Nieto quemó ofrendas en el valle de Ben Hinnón y hasta hizo pasar por el fuego a su hijo, según las prácticas horrorosas de las gentes que el Señor había echado delante de los israelitas. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Quemó también incienso en el valle de los hijos de Hinom, e hizo pasar a sus hijos por fuego, conforme a las abominaciones de las naciones que Jehová había arrojado de la presencia de los hijos de Israel. Biblia Nueva Traducción Viviente Ofreció sacrificios en el valle de Ben-hinom y hasta sacrificó a sus hijos en el fuego. De esta manera, siguió las prácticas detestables de las naciones paganas que el Señor había expulsado de la tierra al paso de los israelitas. Biblia Católica (Latinoamericana) Además, quemó incienso en el valle de Ben-Hinom y sacrificó sus hijos por el fuego, imitando las costumbres abominables de los paganos a los que Yavé quitó el país para dárselo a Israel. La Biblia Textual 3a Edicion Él mismo quemó incienso en el valle de Ben-hinom,° e hizo pasar a sus hijos por el fuego, conforme a las abominaciones de los pueblos que YHVH había expulsado de delante de los hijos de Israel. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Quemó, además, incienso en el valle de Ben Hinón e incluso hizo pasar a sus hijos por el fuego, conforme a las abominaciones de la gentes que Yahveh había arrojado de delante de los israelitas. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Quemó también incienso en el valle de los hijos de Hinom, y quemó a sus hijos en el fuego, conforme a las abominaciones de las naciones que Jehová había echado de delante de los hijos de Israel. |
sino que siguió el camino de los reyes de Israel, y hasta hizo pasar por el fuego a su hijo, según las prácticas horrorosas de las gentes que el Señor había echado de delante de los israelitas.
Además profanó el Tofet en el valle de Ben Hinnón, para que nadie pasase a su hijo o a su hija por el fuego en honor de Moloc.
Hizo lo que es malo a los ojos del Señor, imitando las abominaciones de las gentes que el Señor había echado delante de los israelitas.
Quemó a sus propios hijos en el valle de Ben Hinnón. Se dio a la magia, a la adivinación, al ocultismo, se rodeó de nigromantes y encantadores; hizo tantas cosas malas a los ojos del Señor, que provocó su indignación.
Igualmente, todos los jefes de los sacerdotes y del pueblo multiplicaron las infidelidades, siguiendo las prácticas abominables de las naciones y profanando el templo que el Señor se había consagrado en Jerusalén.
De suerte que las casas de Jerusalén y las de los reyes de Judá serán inmundas como el lugar de Tofet: todas estas casas sobre cuyas terrazas han ofrecido incienso a toda la milicia del cielo y han derramado ofrendas de vino en honor de dioses extranjeros'.
Hasta en la orla de tu vestido tienes sangre de los pobres y de los inocentes; ¡a éstos no los sorprendiste en ningún delito, sino junto a los terebintos!
Y han construido además los lugares de culto a Baal en el valle de Ben-Hinnón para sacrificar a sus hijos y a sus hijas a Moloc, cosa que yo no les había ordenado, ni había pasado jamás por mi mente que se cometiera tal horror para arrastrar a Judá al pecado.
No darás a tus hijos para ser pasados por el fuego en honor de Moloc profanando el nombre de Dios: yo, el Señor.
¿Aceptará el Señor miles de carneros y millones de ríos de aceite? ¿Ofreceré mi primogénito por mi delito, el fruto de mis entrañas por mi propio pecado?
No te conduzcas así con el Señor, tu Dios, pues nada hay más odioso y aborrecible a los ojos del Señor que lo que hacían éstos por sus dioses, llegando incluso a sacrificarles en el fuego a sus propios hijos.
No haya en medio de ti quien queme en sacrificio a su hijo o a su hija, ni quien practique la adivinación, el sortilegio, la superstición,
Cuando hayas entrado en la tierra que el Señor, tu Dios, te da, no imites las prácticas horrendas de aquellos pueblos.
Subía después por el valle de Ben Hinnón hasta tocar la frontera sur del jebuseo, es decir, Jerusalén, y subía a la cima del monte que da vista al valle de Hinnón, a occidente, en el extremo norte de la llanura de Refaín.
Los israelitas hicieron lo que desagrada al Señor y adoraron a los baales.