Y añadió: '¿Quién iba a decir a Abrahán que Sara amamantaría hijos? Pues le he dado un hijo en su vejez'.
1 Reyes 3:21 - Biblia Martin Nieto Cuando por la mañana me fui a levantar para dar el pecho a mi hijo, lo encontré muerto. Pero, examinándole luego atentamente a la luz del día, vi que no era mi hijo, el que yo había dado a luz'. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y cuando yo me levanté de madrugada para dar el pecho a mi hijo, he aquí que estaba muerto; pero lo observé por la mañana, y vi que no era mi hijo, el que yo había dado a luz. Biblia Nueva Traducción Viviente A la mañana siguiente, cuando quise amamantar a mi hijo, ¡el bebé estaba muerto! Pero cuando lo observé más de cerca, a la luz del día, me di cuenta de que no era mi hijo». Biblia Católica (Latinoamericana) Por la mañana, cuando me levanté para dar de mamar a mi hijo, vi que estaba muerto, pero al mirarlo con más atención, me di cuenta de que no era el hijo que había dado a luz'. La Biblia Textual 3a Edicion Cuando me levanté por la mañana para amamantar a mi hijo, ¡he aquí estaba muerto! Pero por la mañana lo observé bien, ¡y he aquí no era mi hijo, el que yo había parido! Biblia Serafín de Ausejo 1975 Cuando me levanté por la mañana para dar el pecho a mi hijo, vi que estaba muerto, pero después, a la luz del día, lo miré atentamente y vi que no era mi hijo, el que yo había dado a luz'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y cuando yo me levanté por la mañana para dar el pecho a mi hijo, he aquí que estaba muerto; mas lo observé por la mañana, y vi que no era mi hijo, el que yo había dado a luz. |
Y añadió: '¿Quién iba a decir a Abrahán que Sara amamantaría hijos? Pues le he dado un hijo en su vejez'.
ella se levantó a medianoche, tomó a mi niño de mi lado, mientras tu sierva dormía, y lo acostó en su regazo, y a su hijo muerto lo acostó en mi seno.
La otra mujer replicó: 'No es verdad, pues mi hijo es el vivo y el tuyo es el muerto'. La primera decía: 'No, tu hijo es el muerto, y mi hijo el vivo'. De esta suerte disputaban delante del rey.
Elcaná respondió a su mujer: 'Haz lo que mejor te parezca; quédate hasta que le hayas destetado. Que el Señor te conceda cumplir tu promesa'. Ella se quedó en casa y amamantó al niño hasta que lo destetó.