La mujer vio que el árbol era apetitoso para comer, agradable a la vista y deseable para adquirir sabiduría. Tomó, pues, de su fruto y comió; dio también de él a su marido, que estaba junto a ella, y él también comió.
1 Reyes 21:5 - Biblia Martin Nieto Su esposa Jezabel se acercó a él y le dijo: '¿Por qué estás de tan mal humor y no quieres comer?'. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Vino a él su mujer Jezabel, y le dijo: ¿Por qué está tan decaído tu espíritu, y no comes? Biblia Nueva Traducción Viviente —¿Qué te pasa? —le preguntó su esposa Jezabel—. ¿Por qué estás tan disgustado que no quieres comer nada? Biblia Católica (Latinoamericana) Jezabel, su mujer, fue a verlo y le dijo: '¿Por qué estás así? ¿Por qué no comes?' La Biblia Textual 3a Edicion Por tanto vino a él Jezabel su mujer, y le preguntó: ¿Por qué está decaído tu espíritu, y no comes pan? Biblia Serafín de Ausejo 1975 Se le acercó su esposa Jezabel y le dijo: '¿Qué te pasa, que estás con aire triste, y no quieres comer?'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y vino a él su esposa Jezabel, y le dijo: ¿Por qué está tan triste tu espíritu, y no comes pan? |
La mujer vio que el árbol era apetitoso para comer, agradable a la vista y deseable para adquirir sabiduría. Tomó, pues, de su fruto y comió; dio también de él a su marido, que estaba junto a ella, y él también comió.
Y le dijo: '¿Por qué estás cada día más macilento, hijo del rey? ¿No quieres explicármelo?'. Amnón le respondió: 'Es que estoy enamorado de Tamar, la hermana de mi hermano Absalón'.
y, no bastándole imitar los pecados de Jeroboán, hijo de Nabat, tomó por esposa a Jezabel, hija de Etbaal, rey de los sidonios, y sirvió y adoró a Baal.
cuando Jezabel exterminó a los profetas del Señor, Abdías recogió a cien profetas y los ocultó en grupos de cincuenta en unas cuevas, proveyéndoles de pan y agua.
Y entonces Jezabel envió este mensaje a Elías: 'Esto y cosa peor hagan conmigo los dioses si mañana a estas horas no te he puesto a ti como a uno de ellos'.
En verdad no hubo nadie que como Ajab se prestase a hacer lo que es malo a los ojos del Señor, a lo cual le incitaba su esposa Jezabel,
Ajab entró en su palacio triste e irritado porque Nabot, el yezraelita, no le había querido dar la herencia de sus padres. Se metió en la cama, volvió la cara a la pared y no probó bocado.
Le respondió: 'Porque he dicho a Nabot que me venda la viña o que me la cambie por otra y él no quiere'.
Y el rey me dijo: '¿Por qué estás tan triste? Enfermo no estás; tu corazón está afligido'. Entonces, sumamente azorado,
Llamó entonces Ester a Hatac, uno de los eunucos que el rey había puesto a su servicio, y lo mandó a preguntar a Mardoqueo qué pasaba y por qué hacía aquello.