1 (1b) Los que confían en Dios son como el monte Sión, que nadie puede moverlo. ¡Permanecerán para siempre!
Jeremías 17:7 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual ”¡Pero benditos sean aquellos que solo confían en mí! Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Bendito el varón que confía en Jehová, y cuya confianza es Jehová. Biblia Nueva Traducción Viviente »Pero benditos son los que confían en el Señor y han hecho que el Señor sea su esperanza y confianza. Biblia Católica (Latinoamericana) ¡Bendito el que confía en Yavé,
y que en él pone su esperanza! La Biblia Textual 3a Edicion Bendito aquel que confía en YHVH, Y cuya confianza está en YHVH. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Bendito el hombre que confía en Yahveh, y es Yahveh su confianza. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Bendito es el hombre que confía en Jehová, y cuya esperanza es Jehová. |
1 (1b) Los que confían en Dios son como el monte Sión, que nadie puede moverlo. ¡Permanecerán para siempre!
Adoren a Dios, para que no se enoje, pues fácilmente se enfurece, y podría quitarles la vida. ¡Dios bendice a todos los que en él confían!
8 (9) Esa gente tropezará y caerá, pero nosotros nos levantaremos y seguiremos de pie.
8-10 (9-11) Dios bendice a los que en él confían. Ustedes, pueblo de Dios, vengan y prueben su bondad; verán que a quienes lo adoran nunca les falta nada. Los ricos pasarán hambre, pero a los que confían en Dios nunca les faltará nada bueno.
4 (5) Dios bendice a los que en él confían, a los que rechazan a los orgullosos que adoran dioses falsos.
El buen administrador prospera; ¡Dios bendice a quienes en él confían!
Isaías continuó diciendo: «Nuestro Dios ama la justicia y quiere demostrarles cuánto los ama. En verdad, Dios ama a los que confían en él, y desea mostrarles compasión.
para cambiar su derrota en victoria, y su tristeza en un canto de alabanza. »Entonces los llamarán: “Robles victoriosos, plantados por Dios para manifestar su poder”.
pero yo le aseguro que no permitiré que lo maten. Le salvaré la vida, y así lo recompensaré por haber confiado en mí».
El rey exclamó: «Bendito sea el Dios de Sadrac, Mesac y Abed-nego, que envió a su ángel para salvarlos. Tanto confían ellos en su Dios, que no quisieron obedecer mis órdenes. ¡Estaban dispuestos a morir, antes que adorar a otro dios!
En tus calles solo habrá gente humilde y sencilla, que pondrá en mí su confianza.
Dios quiso que los judíos fuéramos los primeros en poner nuestra esperanza en Cristo, para que lo alabemos por su gran poder.