y que has ordenado a algunos profetas que anuncien en Jerusalén que ya eres el rey. Sin duda, Artajerjes se va a enterar de esto. Será mejor que nos reunamos contigo para planear qué haremos».
Eclesiastés 1:1 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual Estas son las palabras del Predicador, hijo de David, que fue rey en Jerusalén: ¡En esta vida nada tiene sentido! ¡Todo es una ilusión! Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Palabras del Predicador, hijo de David, rey en Jerusalén. Biblia Nueva Traducción Viviente Estas son las palabras del Maestro, hijo del rey David y gobernante de Jerusalén. Biblia Católica (Latinoamericana) Palabras de Qohelet, hijo de David,
rey de Jerusalén. La Biblia Textual 3a Edicion Las palabras° de Cohélet,° hijo de David, rey en Jerusalem. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Palabras de Qohélet, hijo de David, rey de Jerusalén. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Palabras del Predicador, hijo de David, rey en Jerusalén. |
y que has ordenado a algunos profetas que anuncien en Jerusalén que ya eres el rey. Sin duda, Artajerjes se va a enterar de esto. Será mejor que nos reunamos contigo para planear qué haremos».
9-10 (10-11) Dios mío, tú bien sabes que no he guardado silencio. Siempre he dicho que eres justo. A todo el mundo le he dicho que tú eres fiel y salvas. No le he ocultado a tu pueblo tu gran fidelidad.
¡Que todo el mundo reconozca los frutos de su esfuerzo! ¡Que todos en la ciudad la alaben por sus acciones!
Yo, el Predicador, fui rey de Israel, y reiné en la ciudad de Jerusalén.
Después de estudiar con cuidado todas las cosas, yo, el Predicador, he llegado a esta conclusión:
El fiel servidor de Dios dijo: «El espíritu de Dios está sobre mí, porque Dios me eligió y me envió para dar buenas noticias a los pobres, para consolar a los afligidos, y para anunciarles a los prisioneros que pronto van a quedar en libertad.
«¡Levántate, ve a la gran ciudad de Nínive! Anúnciales el mensaje que voy a darte».
Dios tampoco perdonó a la gente malvada que vivía en tiempos de Noé. Más bien, les envió el diluvio, y todos murieron. Dios salvó a Noé, porque enseñaba a la gente a hacer el bien, y junto con Noé salvó a otras siete personas.