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Salmos 84:10 - La Biblia Textual 3a Edicion

Porque mejor es un día en tus atrios que mil fuera de ellos.° Escogería antes estar a la puerta de la Casa de mi Dios, Que habitar en las tiendas de maldad.

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Biblia Reina Valera 1960

Porque mejor es un día en tus atrios que mil fuera de ellos. Escogería antes estar a la puerta de la casa de mi Dios, Que habitar en las moradas de maldad.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Un solo día en tus atrios ¡es mejor que mil en cualquier otro lugar! Prefiero ser un portero en la casa de mi Dios que vivir la buena vida en la casa de los perversos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Vale por mil un día en tus atrios, y prefiero quedarme en el umbral, delante de la casa de mi Dios antes que compartir la casa del malvado.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Mira, oh Dios, nuestro escudo, mira la faz de tu ungido.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Porque mejor es un día en tus atrios que mil fuera de ellos: Escogería antes estar a la puerta de la casa de mi Dios, que habitar en las moradas de maldad.

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Biblia Traducción en Lenguaje Actual

10 (11) Prefiero pasar un día en tu templo que estar mil días lejos de él; prefiero dedicarme a barrer tu templo que convivir con los malvados.

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Salmos 84:10
13 Tagairtí Cros  

¡Oh YHVH ’Elohim, no rechaces el rostro de tu ungido! Recuerda las misericordias para con David tu siervo.


Por amor de David tu siervo, No hagas volver el rostro de tu ungido.


Una cosa he demandado a YHVH, ésta buscaré: Que esté yo en la Casa de YHVH todos los días de mi vida, Para contemplar la hermosura de YHVH, e inquirir en su templo.


Así te he buscado en el Santuario, para ver tu poder y tu gloria.


Y aconteció que después de tres días, lo hallaron en el templo, sentado° en medio de los maestros, no sólo oyéndolos, sino también haciéndoles preguntas.


Porque nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde aguardamos ardientemente al Salvador, al Señor Jesús, el Mesías,


y miras con agrado al que trae ropa espléndida, y° dices: Siéntate tú aquí confortablemente,° y dices al pobre: Quédate tú allí de pie, o: siéntate aquí debajo de mi escabel;°