¡Tiembla, oh tierra, en presencia de Adón,° En presencia del Dios de Jacob,
Salmos 104:32 - La Biblia Textual 3a Edicion El cual mira a la tierra, y ella tiembla, Toca los montes, y humean. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Él mira a la tierra, y ella tiembla; Toca los montes, y humean. Biblia Nueva Traducción Viviente La tierra tiembla ante su mirada; las montañas humean cuando él las toca. Biblia Católica (Latinoamericana) él, que mira a la tierra y ésta tiembla,
y si toca a los montes, echan humo. Biblia Serafín de Ausejo 1975 el que mira a la tierra y la estremece, el que toca a los montes y echan humo. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Él mira a la tierra, y ella tiembla; Toca los collados, y humean. Biblia Traducción en Lenguaje Actual Cuando miras la tierra, ella se pone a temblar; cuando tocas los cerros, ellos echan humo. |
¡Tiembla, oh tierra, en presencia de Adón,° En presencia del Dios de Jacob,
Nuestro Dios viene, y no en silencio; Un fuego devorador lo precede, Y en derredor suyo ruge una gran tempestad.
Te vieron las aguas, oh ’Elohim, Las aguas te vieron y temieron, Los abismos también se estremecieron.
Abriste tu camino en el mar, Tus sendas, en las aguas caudalosas, Y tus pisadas no dejaron rastro.
Todo el monte Sinay humeaba, porque YHVH había descendido sobre él en el fuego,° y su humo subía como el humo de un horno, y todo el monte se estremecía en gran manera,
¿No me temeréis a mí?, dice YHVH; ¿No temblaréis ante mi presencia, Yo, que pongo la arena como límite al mar, Estatuto perpetuo que no puede traspasar? Aunque se agiten sus olas, No pueden prevalecer, Aunque rujan sus olas, no lo traspasan.
¿No temblará la tierra por esto, y harán luto todos sus moradores? Sí, toda ella subirá como el Nilo y se agitará, Pero como el río de Egipto, se hundirá de nuevo.°
Te ven las montañas, y tiemblan; El turbión de aguas se desencadena, El abismo deja oír su voz, y eleva en alto sus manos.
Y por segunda vez han dicho: ¡Aleluya! Y el humo de ella sube por los siglos de los siglos.°
Vi un gran trono blanco, y al que estaba sentado en él, ante cuyo rostro huyeron la tierra y el cielo, y no fue hallado lugar para ellos.