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Romanos 2:1 - La Biblia Textual 3a Edicion

Por lo cual eres inexcusable, oh hombre (todo el que juzga), pues en lo que juzgas al otro, te condenas a ti mismo;° porque tú que juzgas practicas las mismas cosas.

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Biblia Reina Valera 1960

Por lo cual eres inexcusable, oh hombre, quienquiera que seas tú que juzgas; pues en lo que juzgas a otro, te condenas a ti mismo; porque tú que juzgas haces lo mismo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Tal vez crees que puedes condenar a tales individuos, pero tu maldad es igual que la de ellos, ¡y no tienes ninguna excusa! Cuando dices que son perversos y merecen ser castigados, te condenas a ti mismo porque tú, que juzgas a otros, también practicas las mismas cosas.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Por lo tanto, amigo mío, si eres capaz de juzgar, ya no tienes disculpa. Te condenas a ti mismo cuando juzgas a los demás, pues tú haces lo que estás condenando.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

No tienes, por tanto, excusa, quienquiera que seas, que te eriges en juez. Pues cuando condenas a otro, a ti mismo te condenas, ya que tú, que te eriges en juez, practicas aquellas mismas cosas.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Por lo cual eres inexcusable, oh hombre, quienquiera que seas tú que juzgas; porque en lo que juzgas a otro, te condenas a ti mismo; porque tú que juzgas haces lo mismo.

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Biblia Traducción en Lenguaje Actual

Cuando alguno de ustedes acusa a otro de hacer algo malo, se acusa a sí mismo, porque también hace lo mismo. Así que no tiene ninguna razón de acusar y juzgar a otro,

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Romanos 2:1
20 Tagairtí Cros  

Él le dijo: Hombre, ¿quién me ha puesto como juez o partidor entre vosotros?


Le dice: Mal siervo, de tu propia boca te juzgo. ¿Sabías que soy hombre severo, que tomo lo que no puse y que siego lo que no sembré?


No juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados. Perdonad, y seréis perdonados.°


La fe que tú tienes, tenla para contigo delante de Dios. Bienaventurado el que no se condena a sí mismo en lo que aprueba.


Y sabemos que el juicio de Dios sobre los que practican tales cosas, es según verdad.


¿Y piensas tú, oh hombre, que juzgas a los que practican tales cosas, y las haces, que escaparás del juicio de Dios?


¿Entonces qué? ¿Estamos en desventaja? ¡En ninguna manera!, pues ya hemos acusado tanto a judíos como a griegos, que todos están bajo pecado,


En todo caso, oh hombre, ¿quién eres tú, para que alterques con Dios? ¿Dirá acaso lo moldeado al que lo moldea: Por qué me hiciste así?°


Así que, no juzguéis nada antes de tiempo, hasta que venga el Señor, el cual sí sacará a luz lo oculto de las tinieblas y pondrá de manifiesto las intenciones de los corazones: entonces la alabanza le vendrá a cada uno de parte de Dios.


¿Qué sabes, mujer, si salvarás al marido? ¿O qué sabes, marido, si salvarás a la mujer?


Pero, ¿quieres saber, oh hombre vano, que la fe sin obras es estéril?°


Hermanos, no habléis mal unos de otros. El que habla mal del hermano, o juzga a su hermano, habla mal de la ley y juzga la ley; y si juzgas la ley, ya no eres hacedor de la ley, sino juez.