El alma del que trabaja, para sí trabaja, Porque su boca lo constriñe.
El alma del que trabaja, trabaja para sí, Porque su boca le estimula.
Es bueno que los trabajadores tengan hambre; el estómago vacío los motiva a seguir su labor.
La necesidad del trabajador trabaja para él, su boca tiene exigencias y lo presiona.
El hambre del obrero trabaja para él, pues su boca le sirve de estímulo.
El que trabaja, para sí mismo trabaja; porque su boca lo anima.
Mientras más hambre se tiene, más duro se trabaja.
En toda labor hay fruto, Pero la charlatanería sólo trae indigencia.
Hay camino que al hombre parece derecho, Pero su fin es camino de muerte.
El hombre perverso cava el mal, Y lleva en sus labios fuego abrasador.
Si eres sabio, para tu propio bien lo eres, Y si eres escarnecedor, sólo tú llevarás el daño.
Todo el trabajo del hombre es para su boca, y aun así, su alma no se sacia.