y dijo: Bendito sea el Señor Dios de mi patrón Abrahán, que no ha olvidado su amor y lealtad con su siervo. El Señor me ha guiado a la casa del hermano de mi patrón.
Lucas 7:2 - Nueva Biblia Española (1975) Un capitán tenía un sirviente a quien estimaba mucho y que estaba enfermo, a punto de morir. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y el siervo de un centurión, a quien este quería mucho, estaba enfermo y a punto de morir. Biblia Nueva Traducción Viviente En ese tiempo, un apreciado esclavo de un oficial romano estaba enfermo y a punto de morir. Biblia Católica (Latinoamericana) Había allí un capitán que tenía un sirviente muy enfermo al que quería mucho, y que estaba a punto de morir. La Biblia Textual 3a Edicion Y el siervo de cierto centurión, a quien éste estimaba mucho, estaba enfermo y a punto de morir. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Un centurión tenía enfermo y a punto de morir un criado por el que sentía una gran estima. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y el siervo de un centurión, a quien este tenía en estima, estaba enfermo y a punto de morir. |
y dijo: Bendito sea el Señor Dios de mi patrón Abrahán, que no ha olvidado su amor y lealtad con su siervo. El Señor me ha guiado a la casa del hermano de mi patrón.
Débora, nodriza de Rebeca, murió y la enterraron junto a Betel, bajo la encina, a la que llamaron Encina del llanto.
¿He caminado con los embusteros, han corrido mis pies tras la mentira?
El capitán y los soldados que con él custodiaban a Jesús, viendo el terremoto y todo lo que pasaba, dijeron aterrados: Verdaderamente éste era el Hijo de Dios.
Jesús gritó muy fuerte: Padre, a tus manos encomiendo mi espíritu. Y dicho esto, expiró.
Oyendo hablar de Jesús, le envió unos judíos importantes para rogarle que fuera a curar a su servidor.
porque su hija única, que tenía unos doce años, se estaba muriendo. Mientras iba de camino la gente lo asfixiaba.
Cuando se marchó el ángel llamó Cornelio a dos sirvientes y a un soldado devoto, asistente suyo;
Al oírlo, el capitán fue a avisar al comandante: Mira bien lo que vas a hacer, ese hombre es romano.
Pablo llamó a un capitán y le dijo: Conduce este joven al comandante, que tiene algo que comunicarle.
Cuando se decidió que emprendiéramos la travesía para Italia encargaron de Pablo y de varios otros presos a un capitán de la legión Augusta, de nombre Julio.
Al día siguiente tocamos en Sidón, y Julio, con mucha amabilidad, permitió a Pablo visitar a los amigos para que lo atendieran.
pero el capitán, decidido a salvar a Pablo, les impidió ejecutarlo; a los que sabían nadar les mandó echarse al agua los primeros y salir a tierra,
Esclavos, obedezcan en todo a sus amos humanos, no en lo que se ve, para quedar bien, sino de todo corazón por respeto al Señor.