Éxodo 9:25 - Nueva Biblia Española (1975) El granizo hizo destrozos en todo el territorio egipcio: hirió a todo lo que se encontraba en el campo, hombres y animales, destrozó la hierba del campo y tronchó los árboles silvestres. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y aquel granizo hirió en toda la tierra de Egipto todo lo que estaba en el campo, así hombres como bestias; asimismo destrozó el granizo toda la hierba del campo, y desgajó todos los árboles del país. Biblia Nueva Traducción Viviente Dejó a Egipto totalmente en ruinas. El granizo destruyó todo lo que había en campo abierto: personas, animales y plantas por igual; hasta los árboles quedaron destrozados. Biblia Católica (Latinoamericana) El granizo dañó todo cuanto había en el campo, en todo el país de Egipto, desde los hombres hasta los animales; el granizo echó a perder todas las verduras del campo y aun quebró todos los árboles del campo. La Biblia Textual 3a Edicion Y aquel granizo golpeó toda la tierra de Egipto, todo lo que estaba en el campo, desde los hombres hasta las bestias, y destrozó el granizo toda la hierba del campo y desgajó todos los árboles del campo. Biblia Serafín de Ausejo 1975 El granizo hirió en todo el territorio de Egipto cuanto había en el campo, desde los hombres hasta los animales. Trituró también todas las hierbas del campo y destrozó todos los árboles del campo. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y aquel granizo hirió en toda la tierra de Egipto todo lo que estaba en el campo, así hombres como bestias; asimismo hirió el granizo toda la hierba del campo, y desgajó todos los árboles del país. |
Ahora, pues, manda poner en seguro tu ganado y lo que tienes en el campo. A los hombres y a los animales que se encuentren en el campo y no se refugien en los establos, les caerá encima un granizo que los matará.
Vino el granizo, con rayos que se formaban entre el granizo, un pedrisco grueso como no se había visto en Egipto desde que comenzó a ser nación.
El Señor cumplió su palabra al día siguiente: murió todo el ganado de los egipcios, y del ganado de los israelitas no murió ni una res.
Por tanto, esto dice el Señor: Con furia desencadenaré un vendaval, una lluvia torrencial mandaré con ira, y pedrisco, en el colmo de mi furia.
Y cuando iban huyendo de los israelitas por la cuesta de Bejorón, el Señor les lanzó desde el cielo un pedrisco fuerte y mortífero en el camino hasta Azeca; murieron más por la granizada que por la espada de los israelitas.