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Éxodo 19:22 - Nueva Biblia Española (1975)

Y a los sacerdotes que se han de acercar al Señor purifícalos, para que el Señor no arremeta contra ellos.

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Biblia Reina Valera 1960

Y también que se santifiquen los sacerdotes que se acercan a Jehová, para que Jehová no haga en ellos estrago.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Incluso los sacerdotes que se acercan al Señor con regularidad deben purificarse para que el Señor no arremeta contra ellos y los destruya.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Que también los sacerdotes que se acercan a Yavé se santifiquen, no sea que Yavé los deje tendidos en el suelo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Y santifíquense también los sacerdotes que se acercan a YHVH, para que YHVH no haga estrago entre ellos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

También deberán purificarse los sacerdotes que se acerquen a Yahveh, no sea que Yahveh irrumpa contra ellos'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y también los sacerdotes que se acercan a Jehová, se santifiquen, para que Jehová no haga en ellos estrago.

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Éxodo 19:22
17 Tagairtí Cros  

y les dijo: Ustedes son los cabezas de familia de los levitas: purifíquense ustedes y sus hermanos para subir el arca del Señor, Dios de Israel, al lugar que le he preparado.


El catorce de mayo inmolaron la Pascua. Los sacerdotes levíticos confesaron sus pecados, se purificaron y llevaron holocaustos al templo.


ya que no habían podido hacerlo a su debido tiempo porque quedaban muchos sacerdotes por purificarse y el pueblo no se había reunido aún en Jerusalén.


El Señor insistió: Anda, baja y después sube con Aarón; que el pueblo y los sacerdotes no traspasen el límite para subir a donde está el Señor, pues él arremetería contra ellos.


por tanto, si quieren obedecerme y guardar mi alianza, entre todos los pueblos serán mi propiedad, porque es mía toda la tierra.


Mandó a algunos jóvenes israelitas ofrecer los holocaustos y ofrecer novillos como sacrificio de comunión para el Señor.


¡Fuera, fuera! Salgan de allí, no toquen nada impuro. ¡Salgan de ella, purifíquense, portadores del ajuar del Señor!


Serán santos para su Dios y no profanarán el nombre de su Dios, porque son los encargados de ofrecer la oblación del Señor, la comida de su Dios. Deben ser santos.


Al pueblo le dirás: Purifíquense para mañana, pues comerán carne. Han llorado pidiendo al Señor: '¡Quién nos diera carne! Nos iba mejor en Egipto'. El Señor les dará de comer carne.


En el acto cayó a sus pies y expiró. Al entrar los mozos la encontraron muerta; se la llevaron y la enterraron junto al marido.


A estas palabras Ananías cayó al suelo y expiró y todos los que se enteraban quedaban sobrecogidos.