1 Del maestro de coro. Salmo de David 2 Señor, el rey se regocija de tu fuerza, tu victoria lo colma de alegría. 3 Todo lo que te pidió le concediste; no le negaste lo que sus labios te pedían. 4 Le saliste al encuentro con faustas bendiciones, le coronaste con corona de oro puro. 5 Te pidió vida y tú se la concediste, una vida larga, una vida sin fin. 6 Por tu victoria, grande es su fama, lo rodeas de honor y majestad. 7 Le das una continua bendición, lo colmas de alegría en tu presencia. 8 Sí, el rey confía en el Señor, por la gracia del altísimo es inquebrantable. 9 Tu mano alcanzará a tus enemigos, tu derecha caerá sobre los que te odian. 10 Los convertirás en un horno encendido el día que aparezcas, el Señor los tragará en su ira y el fuego los devorará. 11 Borrarás su descendencia de la tierra, su posteridad de en medio de los hombres. 12 Si quieren hacerte daño, si urden intrigas, no podrán hacer nada; 13 tú les harás volver la espalda en cuanto vean que les apuntas con el arco. |
Evaristo Martín Nieto©