Proverbios 4:1 - Biblia Version Moderna (1929)

¹ ¡OÍD, hijos, la instrucción de un padre, y prestad atención para conocer la inteligencia!

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Biblia Reina Valera 1960

¹ Oíd, hijos, la enseñanza de un padre, Y estad atentos, para que conozcáis cordura.

Biblia Nueva Traducción Viviente

¹ Hijos míos, escuchen cuando su padre los corrige. Presten atención y aprendan buen juicio,

Biblia Católica (Latinoamericana)

¹ Hijos míos, escuchen la enseñanza de un padre, estén atentos para conocer la verdad.

La Biblia Textual 3a Edicion

¹ Oíd, hijos, la instrucción de un padre, Y estad atentos para adquirir entendimiento,

Biblia Serafín de Ausejo 1975

¹ Escuchad, hijos, la instrucción de un padre, estad atentos para adquirir prudencia,

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

¹ Oíd, hijos, la instrucción de un padre, y estad atentos, para que conozcáis cordura.

Proverbios 4:1 Σταυροειδείς Αναφορές

Génesis 49:2

Juntaos y oíd, oh hijos de Jacob, y escuchad a Israel vuestro padre.

Salmos 34:11

¡Venid, hijos, escuchadme! os enseñaré el temor de Jehová.

Proverbios 1:2

para dar a conocer la sabiduría y la instrucción; para hacer entender las palabras de inteligencia:

Proverbios 1:8

¡Oye, hijo mío, la instrucción de tu padre, y no deseches la ley de tu madre!

Proverbios 13:1

EL hijo sabio oye la amonestación de su padre; pero el escarnecedor no escucha la reprensión.

Proverbios 19:20

Oye el consejo, y admite la corrección, para que seas sabio en tu porvenir.

Proverbios 22:17

¡Mijo mío, inclina tu oído y escucha las palabras de los sabios, y aplica tu corazón a mis enseñanzas!

Proverbios 5:1

¡HIJO mío, da atención a mi sabiduría, inclina tu oído a mi inteligencia!

Proverbios 7:4

Di a la sabiduría: Tú eres mi hermana; y llama a la inteligencia parienta tuya;

Jeremías 35:8

Y nosotros hemos obedecido la voz de Jonadab hijo de Recab, nuestro padre, en cuanto a todo lo que nos ha mandado; respecto de no beber vino en todos nuestros días nosotros, ni nuestras mujeres, ni nuestros hijos, ni nuestras hijas;

Hebreos 2:1

POR lo cual debemos dar más solícita atención a las cosas que hemos oído, no sea que acaso, como vasos rajados, las dejemos escurrir.