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Oseas 9:8 - Biblia Version Moderna (1929)

8 El atalaya, oh Efraim, está con mi Dios; en cuanto al profeta, el lazo del cazador está sobre todos sus caminos; rencor hay contra la Casa de su Dios.

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Περισσότερες εκδόσεις

Biblia Reina Valera 1960

8 Atalaya es Efraín para con mi Dios; el profeta es lazo de cazador en todos sus caminos, odio en la casa de su Dios.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

8 El profeta es un centinela sobre Israel para mi Dios, sin embargo, dondequiera que va le tienden trampas. Hasta en la casa de Dios enfrenta hostilidad.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

8 Efraím monta guardia ante mi Dios y el profeta trata de impedir que el enemigo llegue de sorpresa, anunciando el ataque contra el templo de sus ídolos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

8 Y el vidente de Efraín profetiza sin contar con su Dios; Es trampa de furtivo en sus caminos, Y subversión en la Casa de su Dios.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

8 Junto a la tienda del profeta espía Efraín: es lazo de pajarero en todos sus caminos, hostilidad en la casa de su Dios.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

8 Atalaya era Efraín para con mi Dios: Pero el profeta es lazo de cazador en todos sus caminos, y odio en la casa de su Dios.

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Oseas 9:8
42 Σταυροειδείς Αναφορές  

ENTONCES Elías tesbita, que era de los habitantes de Galaad, dijo a Acab: ¡Vive Jehová, el Dios de Israel, delante de quien yo estoy en pie, cual siervo suyo, que no habrá en estos años ni rocío ni lluvia, sino conforme a mi palabra!


Y SUCEDIÓ que pasados ya muchos días, en el año tercero tuvo Elías revelación de Jehová, que decía: Anda, muéstrate a Acab, porque voy a dar lluvia sobre la tierra.


Ahora bien, envía y congrégame a todo Israel en el monte Carmelo; también a los profetas de Baal, cuatrocientos cincuenta, y a los profetas de la Ashera, cuatrocientos; los cuales comen a la mesa de Jezabel.


Y Sedequías hijo de Canaana se había hecho cuernos de hierro, y decía: Así dice Jehová: ¡Con éstos voltearás a los Siros hasta acabar con ellos!


Y respondió: Saldré, y seré espíritu de mentira en la boca de todos sus profetas. Y él dijo: Le engañarás, y también lograrás el intento. Sal, y hazlo así.


A lo que dijo Micaya: ¡Si de manera alguna tú volvieres en paz, no ha hablado Jehová por mí! Dijo además: ¡Oídlo todos los pueblos!


Juntó pues el rey de Israel a los profetas de Baal, como cuatrocientos hombres, y les dijo: ¿Subiré a la guerra contra Ramot-galaad, o desistiré? A lo que dijeron ellos: Sube; que la entregará el Señor en mano del rey.


Y aconteció que mientras algunas personas estaban enterrando a un hombre, he aquí que vieron una guerrilla; con lo cual echaron al hombre dentro del sepulcro de Eliseo; y el hombre fué rodando hasta tocar con los huesos de Eliseo, cuando revivió y se levantó sobre sus pies.


Luego tomó el manto de Elías que se le había caído, e hirió con él las aguas, y dijo: ¿Dónde está Jehová, el Dios dé Elías?  De modo que él también hirió las aguas; y se dividieron en dos, a uno y otro lado; y pasó Eliseo.


Y salió al manantial de las aguas, y  echó allí la sal, diciendo: Así dice Jehová: ¡Yo he sanado estas aguas! ¡no haya más de aquí en adelante muerte ni aborto de frutos!


Mas él dijo: Traed harina: y la echó en la olla. Entonces dijo: Sirve a la gente para que coma; y no hubo ya mal en la olla.


Mas respondió su asistente: ¡Qué! ¿tengo de poner esto delante de cien hombres? A lo que dijo Eliseo: Dáselo a la gente para que coma; porque así dice Jehová: Comerán, y les sobrará.


Con lo cual él descendió, y bañóse en el Jordán siete veces, conforme al dicho del varón de Dios, y se volvió su carne como la carne de un niño pequeño, y quedó limpio.


Por lo tanto la lepra de Naamán se te pegará a ti y a tu linaje para siempre. Y salió de su presencia leproso, blanco como la nieve.


aquel capitán respondió al varón de Dios, diciendo: He aquí, aun cuando Jehová hiciese compuertas en el cielo, ¿acaso pudiera suceder esto? y él le respondió: He aquí que tú lo verás con tus ojos, mas de ello no comerás.


Entonces el capitán sobre cuya mano el rey se apoyaba, contestó al varón de Dios, y dijo: He aquí, aun cuando hiciera Jehová compuertas en el cielo, ¿acaso pudiera suceder esto? Y le respondió: He aquí que tú lo verás con tus ojos, más no comerás de ello.


Nuestra alma, cual avecilla, escapó ya del lazo de los cazadores; el lazo se rompió, y nosotros hemos escapado.


Porque el hombre ni aun sabe cuál será su tiempo; sino que como son cogidos los peces en la destruidora red, y como los pájaros son prendidos en el lazo, así también los hijos de los hombres son enredados en la calamidad en un tiempo malo, cuando les sobreviene de repente.


A mí sí me hallaron las patrullas que rondan por la ciudad; a quienes les pregunté: ¿Habéis visto al que ama mi alma?


Sobre tus muros, ¡oh Jerusalem! he puesto centinelas, los cuales todo el día y toda la noche nunca guardarán silencio. ¡Los que recordáis a Jehová sus promesas, no toméis vosotros descanso,


Mas era yo como un manso cordero que es llevado al matadero; y no sabía que contra mí tramaban enredos, diciendo: Destruyamos el árbol con su fruto, y cortémosle de la tierra de los vivientes, para que no haya más memoria de su nombre.


Entonces yo dije: ¡Ah Jehová Señor! he aquí que los profetas les dicen: ¡No veréis espada, ni tendréis hambre; sino que yo, Jehová, os daré una paz segura en este lugar!


También en los profetas de Samaria he visto locura; profetizaron por Baal, e hicieron errar a mi pueblo Israel.


Porque habrá tiempo en que los atalayas sobre los montes de Samaria, clamen: ¡Levantaos, y subamos a Sión, a Jehová nuestro Dios!


Y curan la llaga de mi pueblo livianamente, diciendo: ¡Paz! ¡paz! cuando no hay paz.


Puse también sobre vosotros atalayas, diciendo: Escuchad el sonido de la trompeta. Mas ellos respondieron: ¡No escucharemos!


NUN.- Tus profetas han visto para ti visiones vanas y cosas insulsas; y no han puesto en descubierto tu iniquidad para hacer tornar tu cautiverio; antes, han visto cargas falaces contra tus enemigos, y causas de destierro para ti.


MEM.- ¡Es a causa de los pecados de sus profetas y de las iniquidades de sus sacerdotes; los cuales derramaron en medio de ella la sangre de los justos!


Hijo del hombre, yo te he puesto por atalaya a la casa de Israel; por tanto oirás de mi boca la palabra, y les amonestarás de mi parte.


¶Asimismo sucede contigo, hijo del hombre. Yo te he puesto por atalaya a la casa de Israel; por tanto, oirás de mi boca la palabra, y les amonestarás de mi parte.


¡OÍD esto, oh sacerdotes! ¡escuchad también, los de la casa de Israel; y los de la casa del rey, prestad oído; porque este juicio es para vosotros! puesto que vosotros habéis sido un lazo en Mizpa, y una red tendida sobre el Tabor.


Han llegado ya los días de visitación, han llegado los días de retribución; (los conocerá Israel, el cual dice: ¡El profeta es un insensato, el hombre inspirado está loco!) a causa de la muchedumbre de tu iniquidad, y por ser grande tu rencor.


Ellos se han corrompido profundamente como en los días de Gabaa; él se acordará de su iniquidad, castigará sus pecados.


El mejor de ellos es como una zarza, el más recto es peor que un seto de espinos; el día anunciado por tus atalayas, el día de tu visitación, ya viene; ahora será la perplejidad de ella.


Si yo no hubiera hecho entre ellos obras cuales nadie las ha hecho jamás, no hubieran tenido pecado; ahora empero las han visto, y han odiado tanto a mí como a mi Padre.


Pero alguno dirá: Si la verdad de Dios, por medio de mi mentira, ha redundado para gloria suya, ¿por qué he de ser yo también aun condenado como pecador?


¶Obedeced a los que tienen el gobierno de vosotros, y someteos a ellos; porque velan por vuestras almas, como los que han de dar cuenta a Dios; a fin de que lo hagan con gozo, y no con pesadumbre; porque esto os sería desventajoso.


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