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Miqueas 3:2 - Biblia Version Moderna (1929)

2 a vosotros, que aborrecéis lo bueno y amáis lo malo? ¿los que arrebatáis a los pobres hasta la piel, y la carne de sobre sus huesos;

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Περισσότερες εκδόσεις

Biblia Reina Valera 1960

2 Vosotros que aborrecéis lo bueno y amáis lo malo, que les quitáis su piel y su carne de sobre los huesos;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

2 Sin embargo, ustedes mismos son los que odian lo bueno y aman lo malo. Despellejan vivo a mi pueblo y le arrancan la carne de sus huesos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

2 Ustedes descueran vivos a los de mi pueblo y les arrancan la carne de sus huesos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

2 Vosotros, que aborrecéis el bien y amáis el mal, Que les arrancáis hasta la piel y la carne de sus huesos;

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 Mas vosotros sois enemigos del bien y amáis el mal, arrancáis la piel que los recubre y su carne de encima de sus huesos.

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Miqueas 3:2
32 Σταυροειδείς Αναφορές  

Y Acab respondió a Elías: ¿Me has hallado, oh enemigo mío? A lo que dijo: Sí, te he hallado; por cuanto te has vendido para hacer maldad delante de Jehová.


Entonces salió a encontrarle Jehú vidente, hijo de Hanani, y dijo al rey Josafat: ¿Debes tú ayudar a los malos, y amar a los que aborrecen a Jehová? Por esto pues la ira de la presencia de Jehová está sobre ti.


en cuyos ojos el vil es despreciado: mas honra a los que temen a Jehová; el que jura en perjuicio suyo, y no vacila en cumplir;


¿No saben esto los obradores de iniquidad, los que comen a mi pueblo cual comen el pan, y a Dios no invocan?


Los que abandonan la ley alaban al inicuo; pero los que guardan la ley se indignan contra él.


¿Qué tenéis, para que majéis a mi pueblo, y moláis las caras de los pobres? dice el Señor, Jehová de la Ejércitos.


¡Ay de los que llaman a lo malo bueno, y a lo bueno malo; que ponen tinieblas por luz, y luz por tinieblas; que ponen lo amargo por dulce, y lo dulce por amargo!


Yo declararé la justicia que tienes; pues en cuanto a tus obras, no te pueden aprovechar.


Por tanto así dice Jehová el Señor: Los que habéis muerto y dejado tendidos en medio de ella, ellos son la carne, y esta ciudad es la olla. Mas en cuanto a vosotros, yo os sacaré de en medio de ella.


Sus príncipes en medio de ella son como lobos que arrebatan la presa, derramando sangre, y destruyendo almas, a fin de obtener ganancias injustas.


Junta en ella las piezas de carne, todas las piezas buenas, el muslo y la espaldilla; llénala de los huesos más escogidos.


Coméis lo gordo, y os vestís de la lana, y degolláis lo cebado; mas no apacentáis el rebaño.


ESCUCHAD esta palabra, oh vacas de Basán, las que estáis en el monte de Samaria, las que oprimís a los desvalidos, las que quebrantáis a los necesitados, las que decís a vuestros señores: Traed vino, para que bebamos.


Aborreced lo malo, y amad lo bueno, y restableced la justicia en los tribunales; quizás así Jehová el Dios de los Ejércitos se compadecerá del resto de José.


Pero ya ha mucho que mi pueblo se levanta contra mí como enemigo: despojáis la ropa juntamente con el manto de los que van pasando seguros, como hombres enemigos de guerra.


El hombre piadoso perecido ha de la tierra, y no hay ya recto entre los hombres; todos ellos ponen asechanzas para derramar la sangre, cazan cada cual a su hermano con una red;


sus dos manos están listas para hacer maldad; el príncipe pide regalos, y el juez decide por cohecho, también el grande habla sin reparo del deseo de su alma: y así entretejen las intrigas.


Sus príncipes en medio de ella son leones rugientes, sus jueces son lobos nocturnos: nada reservan hasta la mañana.


Sus conciudadanos empero le odiaban: y enviaron tras él una embajada, diciendo: No queremos que éste reine sobre nosotros.


Entonces todos ellos gritaron otra vez, diciendo: ¡No a éste, sino a Barrabás! Y Barrabás era ladrón.


El mundo no puede odiaros a vosotros, mas a mí sí me odia, porque yo testifico de él que sus obras son malas.


los cuales, conociendo la ley de Dios, que los que practican tales cosas son dignos de muerte, no sólo las hacen, sino que también se complacen con los que las practican.


El amor sea sin hipocresía: aborreced lo malo, allegaos a lo que es bueno.


sin afecto natural, implacables, calumniadores, incontinentes, fieros, aborrecedores de los que son buenos,


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