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Lucas 20:21 - Biblia Version Moderna (1929)

21 Y éstos le preguntaron, diciendo: Maestro, sabemos que dices y enseñas rectamente, y no aceptas la persona de nadie; antes bien enseñas el camino de Dios con verdad:

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Περισσότερες εκδόσεις

Biblia Reina Valera 1960

21 Y le preguntaron, diciendo: Maestro, sabemos que dices y enseñas rectamente, y que no haces acepción de persona, sino que enseñas el camino de Dios con verdad.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

21 —Maestro —le dijeron—, sabemos que dices y enseñas lo que es correcto y no te dejas influir por lo que piensan otros. Enseñas con verdad el camino de Dios.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

21 Le preguntaron: 'Maestro, sabemos que hablas y enseñas con rectitud, que no te dejas influenciar por nadie, sino que enseñas con absoluta franqueza el camino de Dios.

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La Biblia Textual 3a Edicion

21 Y le preguntaron, diciendo: Maestro, sabemos que hablas y enseñas rectamente y que no haces acepción de personas, sino que enseñas el camino de Dios con verdad:

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

21 Hiciéronle, pues, esta pregunta: 'Maestro, sabemos que hablas y enseñas con rectitud y que no te importa la condición de las personas, sino que enseñas realmente el camino de Dios.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

21 Y le preguntaron, diciendo: Maestro, sabemos que dices y enseñas rectamente, y que no haces acepción de personas; sino que enseñas el camino de Dios con verdad.

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Lucas 20:21
16 Σταυροειδείς Αναφορές  

Ahora pues, permanezca sobre vosotros el temor de Jehová: tened cuidado y hacedlo así; porque para con Jehová nuestro Dios no hay maldad, ni acepción de personas, ni admisión de cohechos.


¿Cuánto menos a Aquel que no acepta la persona de los príncipes, ni hace caso del rico, más que del pobre? porque obra de sus manos son todos ellos.


Cada uno habla mentira con su prójimo; hablan con labios lisonjeros, y con doblez de corazón.


Los dichos de su boca son más blandos que manteca; pero hay guerra en su corazón: sus palabras son más suaves que el aceite; mas ellas son espadas desenvainadas.


Y le enviaron sus discípulos juntos con los Herodianos, que le decían:  Maestro, sabemos que eres veraz, y enseñas con verdad el camino de Dios; ni te cuidas de nadie, porque no miras la apariencia de los hombres.


Y llegado que hubieron, le dicen: Maestro, sabemos que eres veraz, y no te cuidas de nadie; porque no miras la apariencia de los hombres, mas enseñas con verdad el camino de Dios: ¿Es licito al pueblo de Dios dar tributo a César, o no?


¶Y armándole asechanzas, enviaron espías, que se fingiesen justos, para cogerle en alguna palabra suya, a fin de entregarle a la jurisdicción y potestad del gobernador.


¿Nos es licitó, al pueblo de Dios, dar tributo a César, o no?


Éste vino a Jesús de noche, y le dijo: Rabbí, sabemos que eres un maestro venido de Dios; porque nadie puede hacer estos milagros que tú haces, a menos que Dios esté con él.


Pues no somos como los muchos que conocéis que hacen un comercio de la palabra de Dios; sino al contrario, como hombres de sinceridad, y como de Dios, delante de Dios, hablamos en Cristo.


Porque ¿estoy yo conciliando ahora a los hombres, o a Dios? o, ¿estoy procurando agradar a los hombres? Si todavía yo procurara agradar a los hombres, no sería siervo de Cristo.


Mas de parte de aquellos que tenían reputación de ser algo (cuales hayan sido en un tiempo, nada me importa; Dios no acepta la persona de nadie) — digo, que los que eran de reputación no me impartieron nada.


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