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Lucas 16:22 - Biblia Version Moderna (1929)

22 Mas aconteció que murió el mendigo, y fué llevado por los ángeles al seno de Abraham: el rico también murió, y fué sepultado.

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Biblia Reina Valera 1960

22 Aconteció que murió el mendigo, y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham; y murió también el rico, y fue sepultado.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

22 »Con el tiempo, el hombre pobre murió y fue llevado por los ángeles para que se sentara junto a Abraham en el banquete celestial. El hombre rico también murió y fue enterrado,

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Biblia Católica (Latinoamericana)

22 Pues bien, murió el pobre y fue llevado por los ángeles al cielo junto a Abrahán. También murió el rico, y lo sepultaron.

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La Biblia Textual 3a Edicion

22 Sucedió entonces que murió el mendigo y fue° llevado por los ángeles al seno de Abraham. Y murió también el rico y fue sepultado.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

22 Sucedió, pues, que el pobre murió, y los ángeles lo llevaron al seno de Abrahán. Murió también el rico, y fue sepultado.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

22 Y aconteció que murió el mendigo, y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham. Y murió también el rico, y fue sepultado.

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Lucas 16:22
28 Σταυροειδείς Αναφορές  

Gastan en placeres sus días, y en un momento bajan al sepulcro.


El inicuo será  desterrado en sus maldades; pero el justo tiene confianza en su muerte.


Asimismo he visto a los inicuos sepultados con honra, y así llegaron a su fin; mientras tanto los que tenían costumbre de salir del lugar santo, fueron olvidados en la ciudad donde habían obrado rectamente. ¡Esto también es vanidad!


Todos los reyes de las naciones, sí, todos ellos yacen con gloria cada cual en su propia casa;


¿Qué haces tú aquí? ¿y a quién tienes tú aquí, para que hayas labrado aquí para ti un sepulcro? ¡labrando en alto su sepulcro, esculpiendo en la roca una morada para sí!


¶Mirad que no tengáis en poco a uno de estos pequeñitos; porque yo os digo, que sus ángeles en los cielos ven de continuo el rostro de mi Padre que está en los cielos.


Y enviará sus ángeles con grande estruendo de trompeta, los cuales juntarán a sus escogidos de los cuatro vientos, del un cabo del cielo hasta el otro.


Y yo os digo que muchos vendrán del Oriente, y del Occidente, y se sentarán a la mesa con Abraham e Isaac y Jacob, en el reino de los cielos:


Porque ¿qué aprovecha al hombre ganar todo el mundo, y sufrir la pérdida de su alma?


Pero Dios le dijo: ¡Insensato! esta noche tu alma te será demandada; y lo que has prevenido ¿de quién será?


y que deseaba saciarse de las migajas que caían de la mesa del rico; y hasta los perros venían y le lamían las llagas.


A Dios nadie jamás le ha visto: el Hijo unigénito, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer.


Estaba recostado sobre el pecho de Jesús uno de sus discípulos, a quien Jesús amaba.


Mas volviéndose Pedro, vió al discípulo a quien Jesús amaba, que venía detrás; el mismo también que en la cena se recostó sobre el pecho, y le dijo: Señor, ¿quién es aquel que te entrega?


¿no son todos ellos espíritus ministradores, enviados para hacer servicio a favor de los que han de heredar la salvación?


Así que, por cuanto los hijos participan en común de carne y sangre, él también de la misma manera tomó parte en ellas, para que, por medio de la muerte, destruyese a aquel que tiene el imperio de la muerte, esto es, al diablo,


Porque una vez que se levanta el sol, con un viento abrasador, se seca la hierba, y se cae su flor, y perece la belleza de su apariencia: así también el rico se marchitará en todos sus caminos.


quien mismo llevó nuestros pecados en su propio cuerpo sobre el madero, a fin de que nosotros, estando muertos a los pecados, viviésemos a la justicia: por cuyas llagas vosotros fuisteis sanados.


¶Y oí una voz procedente del cielo, que decía: ¡Bienaventurados los muertos que mueren en el Señor, de aquí en adelante! ¡así sea! dice el Espíritu; para que descansen de sus trabajos; y sus obras los van siguiendo.


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