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Levítico 17:11 - Biblia Version Moderna (1929)

11 porque la vida de la carne en la sangre está, la cual os he dado para hacer expiación en el altar por vuestras almas; porque la sangre, en virtud de ser la vida, es la que hace expiación.

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Περισσότερες εκδόσεις

Biblia Reina Valera 1960

11 Porque la vida de la carne en la sangre está, y yo os la he dado para hacer expiación sobre el altar por vuestras almas; y la misma sangre hará expiación de la persona.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

11 porque la vida del cuerpo está en la sangre. Les he dado la sangre sobre el altar con el fin de purificarlos, para hacerlos justos ante el Señor. Es la sangre, dada a cambio de una vida, la que hace posible la purificación.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

11 Porque el alma de todo ser viviente está en su sangre, y yo les di la sangre para que la lleven al altar para el rescate de sus almas, pues esta sangre paga la deuda del alma.

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La Biblia Textual 3a Edicion

11 Porque la vida de la carne está en la sangre, y Yo os la he dado para hacer expiación sobre el altar por vuestras almas, porque es la sangre, en razón de la vida, la que hace expiación.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

11 Porque la vida de la carne está en la sangre, y yo os he mandado ponerla sobre el altar para que expíe por vuestras vidas, pues es la sangre la que expía por la vida.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

11 Porque la vida de la carne en la sangre está; y yo os la he dado para expiar vuestras almas sobre el altar: porque es la sangre lo que hace expiación por el alma.

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Levítico 17:11
24 Σταυροειδείς Αναφορές  

Pero de la carne con su vida, que es su sangre, no comeréis.


En seguida será degollado el novillo delante de Jehová: y los hijos de Aarón, los sacerdotes, presentarán la sangre, y rociarán la sangre en derredor sobre el altar que está a la entrada del Tabernáculo de Reunión.


¶Aarón entonces presentará el novillo de la ofrenda por el pecado, que es para él, y hará expiación por sí mismo y por su casa, degollando el novillo de la ofrenda por el pecado que es para él.


Por lo mismo he dicho a los hijos de Israel: Ninguna persona de entre vosotros ha de comer sangre; ni tampoco el extranjero que mora en medio de vosotros ha de comer sangre.


Porque es la vida de toda carne; su sangre lo mismo es que su vida. Por tanto he dicho a los hijos de Israel: No comeréis la sangre de ninguna carne; porque la vida de toda carne es su sangre; todo aquel que la comiere será destruído.


Entonces el sacerdote con su dedo tomará de la sangre de la ofrenda por el pecado, y la pondrá sobre los cuernos del altar del  holocausto; y la sangre restante la derramará al pie del altar del holocausto;


mas todo el sebo lo hará consumir en el altar, del mismo modo que el sebo del sacrificio de las paces.  Así el sacerdote hará expiación por él con motivo de su pecado; y le será perdonado.


Luego fué degollado; y tomando Moisés la sangre, la puso con su dedo sobre los cuernos del altar al rededor, limpiando así del pecado el altar; y la demás sangre la derramó al pie del altar; de esta manera lo santificó, haciendo la expiación por él.


así como el Hijo del hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.


porque esto es mi sangre, la sangre del Nuevo Pacto, la cual es derramada por muchos, para remisión de pecados.


Y les dijo: Esto es mi sangre, la del Nuevo Pacto, la cual es derramada por muchos.


a quien Dios ha propuesto como sacrificio expiatorio, por medio de la fe en su sangre, para manifestación de su justicia, a causa de la remisión de los pecados cometidos anteriormente, en la paciencia de Dios;


Mucho más pues, siendo justificados por su sangre, seremos salvados de la ira por medio de él.


en quien tenemos redención por medio de su sangre, la remisión de nuestros pecados, según las riquezas de su gracia,


solamente que te guardes escrupulosamente de comer la sangre; porque la sangre es la vida, y no comerás la vida juntamente con la carne.


en quíen tenemos la redención, por medio de su sangre, la remisión de nuestros pecados:


y que por medio de él reconciliase consigo mismo todas las cosas, habiendo hecho la paz por medio de la sangre de su cruz; por medio de él, digo, ora sean cosas sobre la tierra, ora cosas en el cielo.


Por lo cual también Jesús, para santificar al pueblo de Dios, con su propia sangre, padeció fuera de la puerta.


Y según la ley, casi todas las cosas son purificadas con sangre; y sin derramamiento de sangre no hay remisión.


escogidos conforme a la presciencia de Dios Padre, en santificación del Espíritu, para obedecer y ser rociados con la sangre de Jesucristo: Gracia y paz os sean multiplicadas.


pero si andamos en la luz, como él está en la luz, tenemos comunión los unos con los otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado.


el cual es también la propiciación por nuestros pecados; y no por los nuestros solamente, sino también por los de todo el mundo.


y de Jesucristo, que es el fiel testigo, el primogénito de entre los muertos, y el soberano de los reyes de la tierra.  A Aquel que nos ama, y nos ha lavado de nuestros pecados en su misma sangre,


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