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Juan 14:12 - Biblia Version Moderna (1929)

12 En verdad, en verdad os digo: El que creyere en mí, las obras que yo hago, él las hará también; y mayores que éstas hará, por cuanto yo voy al Padre.

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Biblia Reina Valera 1960

12 De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también; y aun mayores hará, porque yo voy al Padre.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

12 »Les digo la verdad, todo el que crea en mí hará las mismas obras que yo he hecho y aún mayores, porque voy a estar con el Padre.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

12 En verdad les digo: El que crea en mí hará las mismas obras que yo hago y, como ahora voy al Padre, las hará aún mayores.

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La Biblia Textual 3a Edicion

12 De cierto, de cierto os digo: El que cree en mí, las obras que Yo hago, también él las hará; y mayores que éstas hará, porque Yo voy al Padre.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

12 'De verdad os aseguro: el que cree en mí, hará las obras que yo hago, y aun mayores las hará, porque yo voy al Padre.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

12 De cierto, de cierto os digo: El que cree en mí, las obras que yo hago él también las hará; y mayores que estas hará, porque yo voy a mi Padre.

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Juan 14:12
28 Σταυροειδείς Αναφορές  

Y Jesús respondiendo, les dijo:   En verdad os digo que si tenéis fe, y no dudáis, no sólo haréis esto de la higuera, mas aun cuando a esta montaña dijereis: ¡Quítate, y échate en el mar! será hecho:


Y viendo desde lejos una higuera, la cual tenía hojas, fué allá, por si acaso hallase en ella algo; porque no era sazón de higos. Mas cuando llegó a ella, nada halló sino hojas.


Y estas señales acompañarán a los que creyeren: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán en nuevas lenguas;


Habéis oído cómo os dije: Yo me voy, y vuelvo otra vez a vosotros. Si me amaseis, os regocijaríais por cuanto me voy al Padre: porque el Padre mayor es que yo.


Sin embargo, os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya: porque si no me voy, el Consolador no vendrá a vosotros; mas si me voy, yo os le enviaré.


Pues que en esto el refrán es verdadero: Uno es el que siembra, y otro el que siega.


Porque el Padre ama al Hijo, y le manifiesta todo cuanto él hace; y le manifestará obras mayores que éstas, de modo que vosotros os maravilléis.


Jesús por tanto dijo: Todavía un corto tiempo estaré con vosotros; y después voy a aquel que me envió.


Esto empero lo dijo respecto del Espíritu, que los que creían en él habían de recibir; pues el Espíritu Santo no había sido dado todavía, por cuanto Jesús no había sido aún glorificado.


pues que los oían hablar en lenguas extrañas, y engrandecer a Dios. Entonces respondió Pedro:


Esto lo hacía muchos días: mas Pablo, llevándolo muy a mal, volvióse y dijo al espíritu: Yo te mando en el nombre de Jesucristo, que salgas de ella. Y salió en aquella misma hora.


de tal manera que de sobre su cuerpo se les llevaron a los enfermos pañuelos y delantales; con lo cual se apartaron de ellos las enfermedades, y salieron los espíritus malignos.


Siendo pues por la diestra de Dios ensalzado, y habiendo recibido del Padre la promesa del Espíritu Santo, él ha derramado esto que veis y oís.


Aquellos pues que recibieron su palabra fueron bautizados; y se agregaron a los discípulos en aquel mismo día como tres mil almas.


diciendo: ¿Qué hemos de hacer con estos hombres? porque es evidente a todos los que habitan en Jerusalem, que un milagro notable ha sido hecho por medio de ellos; y nosotros no lo podemos negar.


Y con gran poder dieron testimonio los apóstoles de la resurrección del Señor Jesús; y mucha gracia estaba sobre todos ellos.


Muchos, sin embargo, de los que habían oído la palabra, creyeron; y vino a ser el número de los hombres como cinco mil.


de tal manera que sacaban los enfermos a las calles, y los ponían en camas y lechos, para que al pasar Pedro, su sombra siquiera cayese sobre alguno que otro de ellos.


Y la palabra de Dios siguió creciendo; y multiplicóse extraordinariamente en Jerusalem el número de los creyentes; y una gran compañía de los sacerdotes era obediente a la fe.


Porque de muchos que tenían espíritus inmundos, éstos salían, clamando a gran voz; y muchos paralíticos y cojos fueron sanados.


Y Pedro le dijo: Eneas, Jesucristo te sana; levántate, y haz tu cama. Y al instante se levantó.


Mas Pedro, habiéndolas hecho salir a todas, se puso de rodillas y oró; luego, volviéndose hacia el cuerpo, dijo: Tabita, levántate. Y ella abrió los ojos; y viendo a Pedro, se incorporó.


en la virtud de señales y maravillas, y en el poder del Espíritu Santo; de tal manera que desde Jerusalem, y todo en derredor hasta Ilírico, he diseminado abundantemente el evangelio de Cristo:


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