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Jonás 4:8 - Biblia Version Moderna (1929)

8 Y aconteció que cuando se levantó el sol, previno Dios un viento solano abrasador; y el sol dió sobre la cabeza de Jonás, de tal modo que desfallecía, y pidió para sí la muerte; diciendo: ¡Para mí mejor es morir que vivir!

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Biblia Reina Valera 1960

8 Y aconteció que al salir el sol, preparó Dios un recio viento solano, y el sol hirió a Jonás en la cabeza, y se desmayaba, y deseaba la muerte, diciendo: Mejor sería para mí la muerte que la vida.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

8 Así que cuando el sol se intensificó, Dios proveyó un viento abrasador del oriente para que soplara sobre Jonás. El sol pegó sobre su cabeza hasta que se sintió tan débil que deseaba morirse y exclamó: «¡Es mejor morir que vivir así!».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

8 Al salir el sol, Yavé hizo soplar viento caliente desde el este. El sol acaloró tanto a Jonás que éste se desmayó. Se deseó la muerte y dijo: 'Mejor es morir que vivir.

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La Biblia Textual 3a Edicion

8 Y aconteció que al salir el sol, ’Elohim envió un sofocante viento oriental, y el sol hirió la cabeza de Jonás, de modo que se desmayaba y deseaba morir, y dijo: ¡Más me vale morir que vivir!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

8 Además, Dios dispuso que, al salir el sol, se levantara un viento sofocante; el sol le daba en la cabeza a Jonás y le hacía desfallecer. Entonces se deseó la muerte, diciendo: 'Me es mejor la muerte que la vida'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

8 Y aconteció que al salir el sol, preparó Dios un recio viento solano; y el sol hirió a Jonás en la cabeza, y desmayaba; y deseaba la muerte, diciendo: Mejor sería para mí la muerte que la vida.

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Jonás 4:8
23 Σταυροειδείς Αναφορές  

Mas he aquí siete espigas delgadas y abrasadas del solano, que crecían después de ellas;


mas él mismo caminó, desierto adentro, la jornada de un día: y llegado, sentóse debajo de un arbusto, y pidió para sí la muerte, diciendo: ¡Ya basta, oh Jehová, quítame la vida; porque no soy yo mejor que mis padres!


De modo que Acab volvió a su casa adusto y enojado, a causa de la respuesta que le había dado Nabot jezreelita, diciendo: No te daré la herencia de mis padres. Con lo cual se echó sobre su cama, y apartó su rostro, y no comió nada.


Pero él le dijo: Como suele hablar cualquiera de las insensatas, has hablado tú. ¿Qué? ¿aceptaremos el bien de parte de Dios, y el mal no lo hemos de aceptar? En todo esto no pecó Job con sus labios.


de modo que escoge mi alma la estrangulación, la muerte misma, más bien que estos mis huesos descarnados.


El sol no te herirá de día, ni la luna de noche.


¡Enmudezco, no abriré mi boca; por cuanto tú lo has hecho!


No seas de espíritu presuroso en enojarte; porque el enojo descansa en el seno de los insensatos.


¡No me miréis con desprecio, por cuanto soy morena! pues que el sol me ha mirado. Los hijos de mi madre se airaron contra mí; me pusieron a guardar las viñas: pero mi viña, la que es mía propia, no la he guardado.


No tendrán hambre, ni tendrán sed, y no los herirá calor ni sol; porque Aquel que tiene de ellos compasión, los conducirá, y junto a los manaderos de aguas los guiará.


¡Mas ella ha sido arrancada con furor, en tierra ha sido echada, y el viento solano ha secado su fruto: han sido quebradas y marchitadas sus fuertes varas; el fuego las ha devorado!


Aunque él sea el más fecundo entre sus hermanos, vendrá un viento solano, soplo de Jehová, procedente del desierto; y se secará su manantial, y su fuente se agotará: el enemigo despojará el tesoro de todas sus alhajas deleitosas.


Entonces dijo Moisés a Aarón: Esto mismo es lo que habló Jehová, diciendo: He de ser santificado por los que se me acercan, y delante de todo el pueblo seré tenido en honra. Y Aarón enmudeció.


¶Jehová empero tenía prevenido un gran pez para que se tragara a Jonás: y estuvo Jonás en las entrañas del pez tres días y tres noches.


¶Pero Jehová envió al mar un viento recio, con lo que se levantó una gran tempestad en el mar; de suerte que la nave estaba a pique de naufragar.


¡Ahora pues, oh Jehová, ruégote me quites la vida; porque para mí es ya mejor morir que vivir!


¶Y dijo Dios a Jonás: ¿Haces bien en enojarte a causa de la calabacera? A lo cual respondió: ¡Sí, hago bien en enojarme, hasta querer morir!


diciendo:  Estos postreros han trabajado una sola hora, y los has igualado con nosotros, que hemos llevado la carga y el calor del día.


Yo a cuantos amo los reprendo y castigo; sé celoso pues y arrepiéntete.


Ya no tendrán más hambre, ni tendrán ya más sed; ni los herirá el sol, ni calor alguno:


Con esto Samuel se lo refirió, palabra por palabra, y no le encubrió nada de ello. Entonces él respondió: ¡Jehová es; haga lo que fuere bueno a sus ojos!


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